Son incontables la cantidad de salseos que Rosalía nos ha ofrecido desde que despegara con 'El mal querer'. En poco tiempo se convirtió en uno de los iconos musicales que están definiendo la música de ahora y de los años por venir. La gran Motomami es una especie de programa televisado de sí misma. Sabemos hasta cuál es su bocadillo preferido, y solo es la punta del iceberg. Cualquier detalle de la vida privada de la cantante que sale a la luz es analizado al microscopio por turbas de fans.
No es raro que la cantante esté absolutamente obsesionada con el sistema de cartas de Virus, un juego creado en España que ha reventado todas las expectativas de sus propios inventores. Lleva vendidas más de un millón de copias en todo el mundo, y tiene su lógica. Es uno de esos must obligatorios para regalar cuando no sabes cómo sorprender a una persona en su cumpleaños. Con Virus es bastante probable que aciertes. Todo el que lo prueba, se engancha.
El juego parte de una dinámica sencilla que se va complicando a medida que los jugadores y las jugadoras se vuelven más hábiles.
Las cartas en virusTurol Games
Los turnos en ‘Virus’
Primero se baraja (de momento, ninguna sorpresa)
A cada persona participante se le entregan tres cartas. Las que sobran se colocan en el centro de la mesa, como en tantos otros juegos de mesa en los que el mazo central va modificando las posibilidades de quienes participan en el juego.
El jugador que inicia el turno tiene dos opciones: jugar una de las cartas de su mano, o descartar cualquier cantidad de cartas que posea.
Si elige jugar la carta de un órgano (un hueso, por ejemplo), el gesto equivale a colocar esa carta en un supuesto cuerpo.
Si no tiene ninguna carta de órgano en sus tres cartas no puede colocarlas en el cuerpo, así que puede descartarlas y coger tres nuevas.
Al finalizar su turno, cada jugador debe robar tantas cartas como necesite para seguir manteniendo las tres iniciales que se le entregaron al inicio del reparto.
Por ejemplo: como el primer jugador a colocado el hueso en el centro, debe robar una carta para seguir teniendo tres.
En Virus, el objetivo principal es sencillo. Hay que conseguir por lo menos cuatro órganos sanos sin infectar, cada uno de un color distinto, que se ponen en el centro de la mesa. Además, hay que librarse de las cartas que no necesitemos, porque penalizan. El llamado ‘quinto órgano’ es el comodín. Hay, por supuesto, un ‘quinto virus’, también multicolor y que actúa también como comodín.
Existen las cartas de órganos (cerebro, corazón, estómago, hueso), las cartas de virus con las que podemos infectar esos órganos, las cartas curativas o de medicina y las cartas de tratamiento.
Cada virus infecta al órgano de su color y se cura a su vez con la carta-medicina de su color. El virus rojo infectará al corazón, que también es rojo, y así con los cuatro órganos.
El órgano multicolor (comodín) puede ser infectado por cualquier tipo de virus.
El virus multicolor (comodín) puede infectar a cualquier órgano.
La medicina multicolor (comodín) cura cualquier tipo de virus.
Si sobre un órgano con una carta de virus encima se coloca otro nuevo virus, tocará extirpar ese órgano (las tres cartas se descartan del tablero).
Curación
Las cartas de medicina tienen dos funciones distintas: pueden utilizarse para curar el virus de un órgano ya infectado con una carta de virus. Por ejemplo: la píldora verde elimina el virus verde de la carta del estómago, también verde.
Existe además la inyección preventiva: en nuestro turno, podemos colocar una carta de medicina sobre un órgano sano para evitar que el siguiente jugador pueda infectarlo con un próximo virus.
Si sobre un órgano colocamos una carta de medicina, y añadimos la carta de medicina multicolor (comodín) inmunizaremos por completo al órgano. En ese momento, giraremos las tres cartas para indicar que ninguna carta de virus puede infectarlo.
Tratamientos
En Virus, hay cartas que modifican aspectos sustanciales de la partida. Son las de color morado.
Carta de transplante: nos permite cambiar uno de nuestros órganos por el de otro jugador. Por ejemplo, imagina que tienes un órgano infectado y otro jugador tiene sobre la mesa la carta de un órgano sano. Si tienes una carta de trasplante y la juegas, puedes ‘robarle’ su órgano sano y dejarle como regalito tu órgano infectado. No se pueden cambiar dos órganos distintos, de la misma forma que no se puede tener, por ejemplo, dos cartas de estómago sobre la mesa cuando estamos jugando.
Ladrón de órganos: usando esta carta podemos robar un órgano sano a otro jugador y ponerlo en nuestro cuerpo.
Carta de contagio: nos permite pasar un virus de alguno de nuestros órganos a los órganos de otro jugador, que no pueden estar ni vacunados o infectados con cualquier otro virus (sin ninguna carta sobre ellos). Si el jugador tiene un órgano inmunizado, esta carta no afectará a su órgano protegido.
Cambio de cuerpo: esta carta permite cambiar nuestro cuerpo por el de otro jugador. Cogeríamos todas nuestras cartas y las cambiaríamos por las suyas. Da lo mismo si el jugador cuenta con algún órgano inmunizado. La carta ‘cambio de cuerpo’ es invencible y perderías cualquier órgano sano o protegido por dos cartas.
Guantes de látex: colocando esta carta podemos descartarnos de un órgano. Si la utilizamos, el resto de jugadores también tendrá que retirar uno de sus órganos y echarlo en el mazo de descartes. Al finalizar el turno, el jugador que ha utilizado guantes de látex roba una carta.