Mucho se habla del anonimato en redes sociales, de cómo esto puede ser uno de los motivos de que en ocasiones existan tantos mensajes de odio, pero lo cierto es que cada cual escoge a qué dedica su cuenta en redes como Instagram o Twitter.
Para muchas personas, no tener que mostrar su verdadero nombre o su rostro supone carta blanca la hora de dejar salir la parte más negativa del ser humano, pero para otros muchos, es solo una manera de evitar un reconocimiento que no quieren, evitar convertirse en el centro de atención.
Cada plataforma tiene sus códigos y a ellos hay que adaptarse, pero ninguna de ellas dice que no puedas hacer contenidos en los que no sea necesario que tu cara o tu nombre real esté visible y esto es precisamente lo que ha sucedido en estos últimos años con algunos ‘influencers’.
Ellos no han necesitado convertir su imagen en su producto, sino que han sabido encontrar su lugar evitando ‘dar la cara’.
La Vecina Rubia es uno de los ejemplos más conocidos de esto que hablamos, porque aunque nadie sabe cómo es su verdadero rostro, todo el mundo tiene claro que tiene pelazo. Ella ha sabido crear un lenguaje nuevo, una forma de comunicar propia y toda su comunidad de seguidores respeta su decisión de no mostrar su rostro.
Tampoco le ha hecho falta para conseguir sus objetivos. Ha compaginado sus mensajes cargados de energía positiva y buen rollo con campañas solidarias, encuentros con actores famosos con nuevas colecciones de ropa, complementos y productos de escritorio. Ha convertido sus cuentas en un altavoz, para sus libros, pero también en pro de la sanidad pública, la salud mental y de la salud en general.
El creador digital Alexsinos se define como un ‘asturiano fuera del guacal’. Poco a poco ha ido ampliando su trayectoria y ha pasado de hacer humor en sus cuentan en redes sociales a tener su propio pódcast, ‘El Guacal’. Se hizo famosos a raíz de sus memes con colaboradores estrella de Telecinco, incluso con algunos ha conseguido tener una buena relación, demostrado que no es necesario ofender para hacer humor sobre alguien.
También mucho humor le pone a la vida, sobre todo a la vida de los influencers a los que analiza, la influencer que se ‘esconde’ tras la cuenta de Instagram ‘Hazme una foto así’. Además de denunciar sistemáticamente a todos aquellos que no notifican que su vídeo es publicidad, también se encaja de recoger gazapos y comentar, en general, los mejores momentos que se viven en redes. Ella oculta su rostro, pero sí que pone su voz a muchos vídeos.
Mantener oculto quién se encarga de llevar una cuenta permite venderla y que esta cambie de manos, tal y como sucede con algunas de ellas, como, según dicen, pasó con Dios tuitero. La persona al mando no es la misma que lo empezó todo y esto no siempre gusta a sus seguidores, pero más de 600 mil personas siguen pendientes de sus tuits de actualidad. Otros, como Andrés Trasado, han hecho de la crítica de cine su seña de identidad.