Sesenta y siete ediciones lleva a sus espaldas el Festival de Eurovisión. Desde su nacimiento en 1956 muchos han sido los cambios que ha experimentado el certamen, pero la esencia sigue siendo la misma: distintas canciones y artistas compiten entre sí en representación de varios países europeos. Aunque esto último requiere una matización importante: ¿es requisito ser un estado europeo para participar en Eurovisión? ¿Por qué se ha dado acceso a participar a países como Israel, Australia, Turquía o hasta Marruecos? ¿A qué hace referencia entonces ese 'euro' que forma parte del propio nombre del evento? Lo analizamos.
Eurovisión nació en la década de los 50, en la Europa de posguerra, como un festival de la canción internacional en el que pudiesen darse cita distintos países. Con el paso de las décadas, de los siete participantes iniciales en esa primera edición se ha ampliado el número hasta alcanzar el máximo histórico de cuarenta y tres estados en liza en 2008 y 2011. La progresiva ampliación ha ido incorporando territorios de Europa del Este a partir de los noventa, lo que hizo necesaria finalmente la instauración de las actuales semifinales en la década de los 2000.
Pero en esta larga lista de países que han formado y forman parte de la historia del certamen se encuentran algunos que no se encuentran en territorio europeo, o no lo hacen en su totalidad. Más allá de la duda que pueden despertar Rusia (vetada del certamen desde el año 2022, tras la invasión ucraniana), Turquía o las repúblicas caucásicas (Georgia, Armenia y Azerbaiyán), por su posición geográfica, lo cierto es que la mencionada lista incluye otros ejemplos que definitivamente no son europeos: es el caso de Israel (que suma cuarenta participaciones desde 1973), Australia (que entró al festival en 2015) o Marruecos (que tuvo una breve incursión en 1980).
El motivo tiene que ver una cuestión más técnica. Tiene posibilidad de participar en el Festival de la Canción de Eurovisión cualquier miembro activo de la UER, la Unión Europea de Radiodifusión, una organización internacional que agrupa a radiodifusoras de titularidad pública y que prestan servicio público. El objetivo de esta institución tiene que ver con el intercambio de programas, el fomento de coproducciones o la negociación de derechos de retransmisión.
Radio Televisión Española es una de las 114 organizaciones audiovisuales que forman parte de la UER, provenientes principalmente de Europa, países de la cuenca mediterránea o de Asia Occidental. Todos los miembros activos tienen derecho a participar en el certamen musical, de ahí que lo haga Israel o puedan hacerlo, dado el caso, otros estados no europeos como Líbano (que estuvo a pinto de hacerlo en 2005), Jordania, Egipto, Argelia, Túnez o Libia.
El caso de Australia es ligeramente distinto. El país oceánico es miembro asociado y no activo de la UER, como otras 30 organizaciones audiovisuales de 19 países del resto del mundo (entre ellos, Estados Unidos, China, Japón, Canadá o Brasil). Estos no tienen derecho a participar en el festival. Pero en 2015, la UER decidió enviar una invitación a Australia para que se uniese a Eurovisión: el festival se retransmitía en el país desde hacía años con un importante número de seguidores.