En un panorama digital hiperpoblado de streamers, creadores de contenido y caras familiares que se ponen frente a la cama para pastorear a inmensas comunidades de seguidores, resultan muy curiosos algunos casos que, precisamente, operan de forma contraria y nunca se dejan ver demasiado.
Desde la colonización de Youtube en nuestras vidas y su posterior relevo en Twitch como alternativa a los medios tradicionales, hemos aceptado como condición cuasiobligatoria que el streamer de turno, esa suerte de dios digital al que seguimos, muestre su cara para generar el vínculo necesario con su público. Los más seguidos gobiernan con mano de hierro.
No siempre es así, por suerte. Hay casos de éxito en los que sucede justo al contrario. Streamers ultrafamosos y millonarios como Vegetta777 dieron hace años un paso hacia el anonimato físico y solo utilizan su voz para dirigirse a su comunidad (y jugar en sesiones maratonianas, claro, que de eso va su particular ascenso a los cielos)
La duda es natural. ¿Hay algún motivo para que uno de los creadores de contenido más míticos de Internet no enseñe la cara en sus streams?
Respondemos con sus propias palabras.
La pregunta lleva años reptando por foros de internet como Forocoches o Mediavida. Un usuario muestra su extrañeza: “No le sigo, pero le conozco, he visto un vídeo en tendencias y no enseña la cara, he mirado alguno más y debe llevar tiempo sin hacerlo. ¿Alguien sabe porqué?”.
Otro le acompaña en sus dudas: “Yo, cuando hago stream y no me ve absolutamente nadie, aun así, me siento observado y hay cosas que me las "controlo", a pesar de no tener que controlarlas. Si eso lo escalamos al nivel de Vegetta, pues imagino que es por eso”.
Más allá de los recelos que puede generar esta actitud entre la comunidad de fans del streamer, bastante respetuosa con su manera de crear contenido, es cierto que Vegetta nunca ha sido lo que se dice muy público, y lleva años velando por su privacidad de forma radical.
En las pocas entrevistas que ha concedido sobre su vida personal, siempre se ha sentido incómodo con revelar más de la cuenta. No enseñar la cara en sus directos es solo un elemento más de toda la serie de cordones sanitarios que usa para separar su vida personal de la privada. Algunos detalles (escasos) sí da, como el proceso de construcción de su mansión en Andorra y el avance de las obras.
Lo cierto es que hay un motivo muy poderoso para que el streamer haya tomado la salomónica decisión de no enseñar su cara en los directos, ya casi una seña de identidad de su forma de hablarle al mundo. Hay que viajar años atrás, a un contenido ciertamente antiguo de su canal de Youtube, para encontrar videos en los que se muestra físicamente.
Él mismo contó en otro video la razón que hay detrás de su ocultación. Tiene toda la lógica del mundo: fans que se toman excesivas libertades en un contexto inapropiado.
El streamer explicó que todo empezó cuando se disponía a cenar con su familia en un restaurante y por ahí aparecieron algunos fans. Lejos de respetar su privacidad y dejarle disfrutar tranquilo del encuentro con los suyos, decidieron acosarle, pedirle varias fotos y buscar algún tipo de cruce de palabras con él. Como aclaró entonces, no se trata de que una o dos personas traten de interactuar con él de alguna manerl, algo que considera completamente natural y a lo que se presta encantado.
El problema vino cuando esas pocas personas se convirtieron en decenas y generaron una situación desagradable en un entorno en el que él prefería ser un rostro anónimo y pasar desapercibido. De sus palabras se deduce que no era la primera vez que le ocurría lo mismo: fans con buenas intenciones (pero de buenas intenciones está empedrado al camino al infierno, como predica el refrán) que lo reconocían por la calle y se tomaban la libertad de interrumpirlo o perseguirlo cuando tenía prisa o prefería estar solo de compras.
En ese momento decidió ocultarse para siempre, y empezó a stremear y a crear contenido sin encender la cámara frontal. Una forma de conseguir que nos olvidáramos de su cara, pero no de su voz, tan reconocible que ya es historia de Internet.