Hace tiempo que las redes sociales nos han convertido a todxs en productores cinematográficos de nuestra propia vida. Cortamos las partes malas a la carta, la intimidad áspera y sin brillo, el mal selfie; repartimos el cadáver de nuestra ansiedad debajo de la alfombra y dejamos solo a la vista las partes hiperestetizadas de nuestro yo, esas que siempre salen perfectas para pasar revista. De hecho, es cada día más habitual encontrar a usuarios en redes que cuentan con varias cuentas y perfiles según sea la cara que quieran enseñarle al mundanal establo.
¿Qué pasa con esas secundarias que mantiene activas hasta el influencer de tercera fila? Pues tristemente, no es raro encontrar millones de usuarios en redes sociales que utilizan una cuenta distinta a la oficial para mostrarse como realmente son.
Quien dice personas anónimas que quieren tener una cuenta solo para “los íntimos”, dice famosos como Rauw Alejandro, al que hace poco le han descubierto una cuenta secreta en Instagram mucho más “relajada” que la oficial. ¿Le habrá copiado la idea a Rosalía, que también se creó otra cuenta secreta para enseñar sus dibujos y lo que comía en su bistrós preferidos?
Te damos todos los detalles.
Qué raro es pensar en Rauw Alejandro haciendo vida normal; un tipo asquerosamente rico, guapo y con tatuajes que no dan ganas de proporcionarle ayuda psicológica (no como las joyas extremadamente bizarras que deciden adquirir sus compañeros de gremio) vistiendo un pijama roído después de despertarse de buena mañana, quemando el café y mirándose al espejo de cuando en cuando para hacerse la pregunta definitiva: ¿Será hoy cuando conozca a mi única amiga, la alopecia?”
Pero así es, por más que el puertorriqueño sea uno de los artistas de reguetón más escuchados del planeta y lo veamos siempre nadando en la piscina lóbrega de la fama, también tiene su parte humana íntima, como todos; un feudo donde se muestra como es en realidad, lejos de las giras, los focos, las joyas o el espectacular capricho inmobiliario que se compró con Rosalía a golpe de talonario el verano pasado.
La cuenta secreta y secundaria del cantante responde al nombre de El Zorro. Aceptamos que suene a galán barato de novelas de quiosco, un tipo que se cuela en tu alcoba para seducirte, para susurrarte al oído ‘Maluma baby”, pero se lo perdonamos. No todo va a ser perfecto en la vida del ídolo.
Según parece, ese era el nombre que le dieron en los ambientes de la música urbana cuando solo estaba empezando. Así pone en su descripción del perfil. “"Por ahí me conocen como Rauw, Raulito, El Zorro o solo Raúl..." A lo que nos queda sugerir. “Rauw, Alejandro, Raulito, como quiera que desees llamarte. Deja de hacerte daño. No lo empeores. Te queremos como eres, con tu perreo”.
La cuenta secundaria del cantante tiene todo el encanto de las cuentas normales que no buscan hiperestetizar en exceso la intimidad y muestran su cara más cercana: la intrahistoria y las escenas de sus giras, sus viajes con Rosalía en moto, no precisamente barata, o su pasión por el fútbol. No hay épica, gracias a Dios. Es Rauw Alejandro siendo Raúwwwww, modo gatito riqueño, sin luces brillantes, contratos millonarios o esa vida de lujos al alcance de pocos homínidos.
En este perfil secundario en Instagram, el reguetonero mantiene una actividad muy discreta. Apenas tiene 30 publicaciones en total. El contenido tiende a ser de lo más random. Hasta la fecha, los posts que ha subido a esta cuenta secundaria no siguen un orden concreto, y este refugio digital suyo apunta más a ser una recolección de instantes sin lógica, a diferencia de la cuenta oficial, donde cada publicación está pensada la milímetro y puede rastrearse ordenadamente el camino imparable que ha seguido el reguetonero hasta convertirse en uno de los nombres más importantes del su medio.
Le deseamos al cantante la mejor de las vidas anónimas, si algún día decide hacer su cuenta secundaria privada y ponernos los dientes largos.