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¿Sabes por qué hay famosos que se parecen mucho entre sí? Existe una explicación a este curioso fenómeno

Hay ciertas situaciones en la vida que siempre nos dan un poco de cringe. Nos referimos específicamente a ese momento, en un evento social o una reunión, en el que alguien nos saca un parecido con alguien que no conocemos y quizá no conozcamos jamás. 

La intensidad de la afirmación admite grados, claro. Puede ser un simple “Me recuerdas a alguien que conozco” (respiramos aliviados) o subir de nivel a “Eres igualito que X”, momento de encogerse de hombros, hablar del tiempo o excusarse con una urgencia gastrointestinal para salir por patas. 

Saber que uno tiene un doppelganger por ahí siempre nos produce un rechazo atávico y visceral. ¿A quién no le ha pasado eso de elegir una pareja que, por arte de birlibirloque, acaba siendo igual que tú (o al revés), en una suerte de simbiosis gestual y física siniestra? ¿O confundir a dos famosos de cara muy parecida con carreras tan distintas como distantes en el tiempo?

Seguro que creías que esto de parecerse a otra persona y a otra persona y a otra persona era un fenómeno azaroso, pero te equivocas. La ciencia ya tiene alguna explicación convinciente. Incluso hay una empresa dedicada únicamente a utilizar a dobles de famosos en las más variadas tareas.

Son… iguales

Las pruebas están ahí. Margot Robbie (‘Yo, Tonya’) es clavada a Emma Mackey (‘Sex Education’). Thandie Newton y Zoe Saldaña, separadas al nacer. Keira Knighley y Natalie Portman, miradas desde el ángulo correcto, son casi gemeliers. A Ralph Fiennes, según avanza en vejez y pérdida de pelo, le falta poco para que le confundan en el aeropuerto con Liam Neeson y le pidan un autógrafo por la película equivocada. Podríamos seguir esta lista con Bryce Dallas Howard, que en determinados fotogramas se parece sospechosamente a Jessica Chastain, como si las hubieran sacado de un molde al vacío. Son solo unos pocos ejemplos.

¿Cómo puede ser que todos estos actores y actrices, y por extensión, tanta gente en todo el mundo, tenga al menos una especie de espejo al que se parece de forma sospechosa? Aunque existen distintas investigaciones orientadas a solventar esta cuestión, ya hay un estudio científico llevado a cabo por el Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras que apunta a la respuesta correcta. 

Esta investigación publicada en la revista Cell Reporter ha recogido pruebas biológicas de personas muy parecidas entre sí y las ha analizado al detalle: cómo se secuencia su ADN, de qué están hechos sus microbios y qué perfil epigenético tienen. Según Manel Esteller, líder del proyecto, el estudio ayudará a diagnosticar enfermedades genéticas a partir del análisis de las imágenes y la forma de la cara de los sujetos de estudio, con una ayuda extra. “Permitiría reconstruir la cara de una persona desconocida a partir únicamente de una muestra de ADN, uno de los grandes desafíos de la medicina forense y criminalística”.

Una posible respuesta al extremo parecido de ciertos famosos con otros podría residir en las variaciones del ADN. Los datos del estudio apuntan a que estas variaciones, involucradas en la fisionomía del rostro y las facciones, serían similares, y no se descarta que pudieran influir en aspectos como el peso y la altura, que, dicho sea de paso, suelen ser detalles que coinciden en estos famosos que son dopplegangers de otros.

Las posibilidades de tener un doble

Se sabe ya que los seres humanos tendemos genéticamente a la diversidad en nuestro aspecto físico. "Hay genes involucrados en el tamaño y la forma del rostro, otros en el color de los ojos, otros en el pelo...”, explica el biólogo Michael Sheeham en un artículo de El Confidencial. “Y el hecho de que haya muchas más células que determinen cómo será nuestra apariencia facial que los que influyen, por ejemplo, en cómo será la mano o las piernas, es una prueba de que nuestra especie tiende a la diversidad […] Aunque haya muchísimas combinaciones posibles, al final conforme aumenta la población se llega al punto en que alguna acaba repitiéndose".

Hace algunos años, la investigadora Teghan Lucas trató de responder a la cuestión del supuesto ‘doble’ que todos tenemos en algún lugar del mundo. Su estudio investigó extensamente más de 4000 fotografías de individuos aislados y las cruzó con varias bases de datos fotográficas de militares estadounidenses. Seguidamente, calculó estadísticamente la probabilidad de que dos personas separadas geográficamente se parecieran. 

Según sus cálculos, de los 7550 millones de personas que viven en el mundo, solo hay 135 posibilidades de que exista una pareja de dobles auténticos. Lo que nos lleva a pensar que esa estadística aumentará cuando exista un leve parecido con otra persona y se reducirá cuando las similitudes en el rostro, los rasgos y hasta los gestos vayan coincidiendo hasta ese punto de cringe, y la pregunta consecuente: ¿por qué siento que me estoy mirando al espejo?