Una de las formas más comunes que tenemos los seres humanos de mostrar por fuera que estamos viviendo una auténtica crisis por dentro es con un cambio de look. Bien sea porque necesitamos un cambio de actitud y apostamos por algo que nos haga vernos diferentes para resetearnos a nosotros mismos o porque comenzamos felices una nueva etapa y queremos que se refleje en esa "nueva persona" que de repente somos, cortarse el pelo por lo sano, cambiarse el color o probar alguna locurita capilar está a la orden del día en estas circunstancias.
El pasado 4 de mayo se celebraron en la Comunidad de Madrid las elecciones para elegir nuevos representantes en la Asamblea, con una victoria histórica del Partido Popular. Pablo Iglesias había dimitido como vicepresidente segundo del Gobierno de España para presentarse a estas elecciones como candidato de Unidas Podemos. Al final de la noche, y tras ver los resultados, Iglesias anunciaba que abandonaba su carrera política.
Una semana después, La Vanguardia publicaba un par de fotografías sobre el nuevo look de político retirado de Pablo Iglesias: sin coleta, con pelazo, y leyendo un libro relajadito. Por supuesto, las imágenes se hicieron virales inmediatamente, dando pie a numerosos chistes y múltiples teorías sobre el corte de pelo.
Las comparaciones son odiosas pero es que same vibes
De hecho, son muchos los que han querido buscarle parecido al nuevo Pablo Iglesias. Para muchos, está clavadito a Stalin.
Pero otros le encuentran parecido con personas más contemporáneas. ¿Se parecen?
Hay que reconocer que fueron muchos los que pronosticaron un "arranque de peluca"
Han sido muchas las teorías que se han creado para explicar este cambio de look tan sorprendente
Incluso las más paranormales, como que la coleta ha cobrado vida
¿Cambiará de look, para diferenciarse claramente, Santiago Abascal?
Y a nosotros, nos toca revisar nuestras promesas, por si dijimos muy a la ligera "el día que Pablo Iglesias se corte la coleta" creyendo que no llegaría nunca