Si bien la polarización política y la hostilidad es una constante en nuestro país, el acoso contra figuras políticas ha subido un peldaño más en las últimas semanas. Las causantes de esta escalada de odio han sido varias cartas con amenazas, munición y armas.
“Pablo Iglesias Turrión has dejado morir a nuestros padres y abuelos. Tu mujer y tus padres y tú estáis sentenciados a la pena capital. Tu tiempo se agota”, se podía leer en la carta que recibió Pablo Iglesias, secretario general del partido Podemos acompañada de cuatro balas. No ha sido el único. Fernando Marlaska, ministro del Interior, también recibió munición por correspondencia y durante esta semana Correos ha interceptado dos sobres con proyectiles dirigidos a Isabel Diaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, y María Gámez, directora general de la Guardia Civil.
La noticia que ha detonado la polémica ha sido la carta con una navaja ensangrentada destinada a María Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo. Tras una investigación policial, se ha encontrado que el remitente que figuraba en el sobre era verídico, tratándose de un hombre con una fuerte obsesión hacia la ministra y un trastorno psicológico, concretamente esquizofrenia.
Tras conocerse estos detalles, los titulares estigmatizantes incendiaron Internet. “Un esquizofrénico”, se podía leer en varios medios. Esta forma de abordar un trastorno mental que afecta a 400.000 españoles ha provocado la indignación de psicólogos, psiquiatras y personas con diversos problemas de salud mental.
“Soy hermano de una joven con esquizofrenia”, twitteaba el ilustrador y psicólogo Pablo Coca, más conocido como Occimorons. “Que titulares así abran portadas de un periódico nacional duele, duele por la lucha que llevamos detrás todas las familias y personas con algún trastorno mental, por el abandono de una sociedad que mira muchas veces hacia otro lado”.
A su reflexión se sumaban otros profesionales. “Probablemente ya lo hayan dicho, pero si no lo pongo no me quedo a gusto. Una persona NO es su diagnóstico. Esquizofrénico no es una identidad, mejor decir que es una persona con esquizofrenia. No utilicemos un diagnóstico como etiqueta”, compartía Pilar, psicóloga general sanitaria en Sevilla.
Rodrigo tiene 29 años y un diagnóstico de esquizofrenia, algo que no le ha impedido llevar una vida totalmente normal. “Los primeros años fueron difíciles porque no sabía lo que sé ahora. Pensaba que estaba curado y que la medicación ya no valía para nada, y tuve varias recaídas. Pero al final terminé la carrera y ahora tengo un trabajo, una pareja con la que vivo, amigos y aficiones. Vamos, que no tengo el trastorno escrito en la frente”, explica.
El joven abulense señala la importancia del lenguaje en nuestro día a día. “No somos esquizofrénicos, somos personas con esquizofrenia”, afirma tajantemente. “Esto hay que repetirlo constantemente, porque parece que cuando te diagnostican un problema de salud mental, más todavía si es crónico, tu identidad pasa a ser solo eso. No eres bipolar, anoréxica, esquizofrénica… Eres una persona con un trastorno”.
“Jamás he agredido a nadie. Jode tener que decirlo, pero lo digo”, explica Rodrigo. “Nunca he pegado ni a un conocido ni a un desconocido, y si alguna vez he insultado a una persona ha sido en el coche, pero no por la esquizofrenia, es porque hay gente que conduce muy mal”, comparte de forma irónica. “Y a raíz de mi enfermedad, he conocido a mucha gente que tiene lo mismo. Ninguno ha hecho daño a nadie. Ni amenazas ni nada. Como mucho se han hecho daño a ellos mismos intentando quitarse del medio por esta sociedad en la que se nos roba nuestra humanidad por prejuicios”.
1. “La esquizofrenia provoca agresividad”
Según un estudio de la organización Rethink Mental Illness, las personas con esquizofrenia no son agresivas, siendo más habitual las autoagresiones. Es decir, los intentos de suicidio o las lesiones infringidas a uno mismo.
Las autoagresiones suelen producirse durante los brotes psicóticos o en el periodo posterior, normalmente por miedo a dañar a alguien o por la culpabilidad y la sensación de que son un lastre para su familia y la sociedad.
Esto se podría frenar apoyando a las personas con esquizofrenia en vez de juzgándolas constantemente.
2. “Si alguien tiene esquizofrenia, se nota porque actúa raro”
En primer lugar, la palabra “raro” es muy relativa. Si tú estás acostumbrado a actuar de determinada forma, a vestir ciertas prendas de vestir y a hablar con algunas expresiones, habrá quienes consideren que eres diferente. Dicho esto, sólo un pequeño porcentaje de personas con esquizofrenia tienen un comportamiento excéntrico, y suele producirse durante las fases agudas. Cuando la enfermedad se estabiliza, pueden llevar una vida totalmente normal.
3. “La esquizofrenia provoca siempre alucinaciones y delirios”
La esquizofrenia es una enfermedad muy compleja que puede cursar con alucinaciones, delirios, lenguaje extraño, comportamiento extravagante y síntomas negativos (por ejemplo, depresión, apatía, falta de motivación, dejar de hablar o movimientos lentos).
No tienes que tener todos los síntomas como si del test de una revista se tratase. Cada persona es un mundo, y hay quienes sólo presentan un lenguaje extraño y síntomas negativos, o quienes sí padecen alucinaciones, pero no delirios.
4. “Puedes dejar la medicación cuando se te pasa la esquizofrenia”
Normalmente las personas con esquizofrenia deben tomar una medicación concreta durante largos periodos de tiempo, a veces toda su vida.
Es muy importante señalar la importancia de los fármacos, sobre todo para las personas jóvenes que padecen esta enfermedad, ya que creen que cuando la medicación hace efecto, “se han curado”. Al dejar los fármacos, vuelven a experimentar síntomas psicóticos, pero también miedo, frustración y sensación de indefensión.
Una forma de ayudar a alguien con una enfermedad crónica como la esquizofrenia o el trastorno bipolar es dejar de generarle falsas esperanzas. Frases como “seguro que se te pasa” solo provocan expectativas irreales. Lo mejor es recordarles lo beneficiosa que es la medicación y la terapia psicológica.
5. “Es una enfermedad genética”
Aunque la esquizofrenia tiene un gran componente genético, los expertos coinciden en que es una enfermedad que sigue el modelo de diátesis-estrés.
En palabras más sencillas, si tienes predisposición genética, no tienes por qué padecer la enfermedad. Lo que determina que tengas esquizofrenia o no serán ciertas situaciones que influyen en tus genes, por ejemplo, el consumo de algunas drogas o sufrir una situación muy traumática.