Poco importa que lo hubieras dicho mil y una veces. Nadie te ha tomado en serio y lo único que has sabido en todo este tiempo es que lavado a lavado ha ido menguando tu colección de calcetines. Sin ninguna explicación lógica has aceptado que si algo entra en pareja dentro del tambor de tu lavadora, su sino es salir soltero y nunca más saber nada del otro. Lo has aceptado sin más, porque ese tambor parece un agujero negro que tiene pasión por tragarse los calcetines ajenos. No falla.
Y esta es la historia de todos los lavados, de un misterio doméstico más al ¿dónde está el mando? o al sonido que nos despierta cada domingo de unas extrañas canicas rebotando en el techo. Son enigmas sin resolver a los que nos hemos acostumbrado, pero que por fin a día de hoy para uno de ellos hemos encontrado una respuesta y no ha sido Iker Jiménez el que nos ha hecho ver la luz. Ha sido Twitter el que ha confirmado la leyenda.
La cruda realidad es la siguiente: no pierdes tú los calcetines ni te imaginas que los has metido en la lavadora. Este electrodoméstico los engulle y por eso te deja la cabeza loca, ¿cómo te quedas? Cathy Hinz lo ha demostrado y su imagen ha corrido como la pólvora porque, ¡por fin teníamos una respuesta!
Por lo visto dentro de las lavadoras hay más compartimentos secretos de los que podíamos imaginar. Parecen la caja de un ilusionista. Nunca sabes por dónde va a salir la paloma o por dónde se va a esfumar el calcetín. El caso es que aunque no estén a la vista del usuario, las cosas se pueden quedar bajo el caucho si el lavado es frontal o también terminar colándose a través del espacio que queda entre los tambores interiores y exteriores.
Una teoría que venía a confirmar un razonamiento lógico, aunque todo este tiempo hayamos preferido creer en una conspiración de fantasmas. No vamos a negar que esto resultaba más fascinante y mucho más, que sobre esto se haya llegado hasta a hacer un estudio científico para averiguar dónde iban a parar esos calcetines. La conclusión de Simmon Moore es una fantasía. El científico de Samsung ha comprobado que una persona pierde una media de un calcetín al mes y cerca de 1.264 en toda la vida.
De ahí que esta esta usuaria se haya encontrado tras desarmar la lavadora y para su sorpresa casi una oficina entera de objetos perdidos. Varias decenas de calcetines, ropa interior, monedas y también una tarjeta, ¡ahí estaba la prueba a la teoría!
Lo que ahora faltará por descubrir es por qué entre las desapariciones, suelen perderse más los calcetines de colores tal como ratifica el estudio. Tal vez esos sean la comida favorita de la lavadora y para esto sí que haya que ir avisando ya a Iker...