Pensarás, ¿qué tiene de malo un cocido gallego?, si cuando llega el frío es lo que mejor entra. Un plato de cuchara, de esos que deja buen olor en toda la casa y que el hecho de comerlo fuera es lo más parecido a estar de vuelta en el hogar. Ese cocido gallego con sus garbanzos, verduras, carnes y chorizos, servido en la mesa que es todo un homenaje para el paladar, resulta que no es del gusto (para nada) de Instagram.
No sabemos si porque tal manjar se hace cuesta arriba a los que manejan lo que sí o no es apto para publicarse porque ahora están en plena dieta y este cocido es una faena o porque prefieren prefieren premiar los platos más de vanguardia que la cocina clásica. El caso es que la imagen del primer cocido de la temporada de Richard Barreira no ha gustado y, de hecho, ha entrado dentro de la colección de fotos prohibidas en la red de los influencers por excelencia.
Como si se tratara de un desnudo o de un topless al que tiene especial tirria Instagram, Richard Barreira ha visto cómo sus imágenes del cocido han sido eliminadas. El motivo que le ha dado la red social es que estas “infringen las normas comunitarias” y que incluyen “violencia gráfica, lenguaje que incita al acoso, violencia y bullying o desnudos y actividad sexual”. Y tras esto nos quedamos un poco… “WHATTTT?”.
Pues sí está pasando, el cocido gallego se ha convertido en una nueva arma arrojadiza.
Este asombrado usuario ha querido compartir su indignación con todos, dado que venía siendo una publicación que hacía todos los años y que hasta la fecha nunca había supuesto ningún problema para Instagram. Su tradición se ha visto interrumpida. Este año a Instagram se le ha atragantado el cocido.
Al parecer, todo partiría por la denuncia de un usuario e Instagram inmediatamente ha tomado las medidas. La censura era la solución para este inoportuno cocido y lo que queda ahora (además de entender qué es lo que puede molestar de un cocido que todavía nos lo seguimos preguntando) es el debate de siempre: lo que a uno le gusta a otro le ofende y la facilidad con la que se pueden limitar las publicaciones alegando violencia.
El caso es que esto también podría deberse a algún tipo de error de inteligencia artificial que en Instagram también pasa y mucho. Los robots o inteligencia artificial que canalizan el primer filtrado podrían poner esa primera barrera y, como si estuviera predefinido se mandase para esto el mensaje que siempre se utiliza: que no se respetan las normas comunitarias. De ahí que la imagen de un cocido sea violenta y que este usuario se tenga que conformar a partir de ahora con disfrutar de su plato sin que el resto de gente se entere. Eso sí, pasaremos hambre igualmente.