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Alquileres congelados y kebabs de verdad: 5 razones por las que queremos ser alemanes

  • Berlín ha aprobado congelar los alquileres durante cinco años y nos ha dado un poco de envidia

  • Hay muchas razones para querer ser alemán ahora mismo, nosotros solo te vamos a dar cinco para convencerte

Hallo, wie geht es dir? Estamos preparándonos a tope con el idioma alemán porque de repente sentimos unas ganas enormes de mudarnos de país. Nos hemos enterado de la noticia de que Berlín va a congelar los precios de los alquileres durante cinco años y ahora nos morimos de envidia. Y no de la sana, precisamente.

Es difícil ser joven en España. Cuesta encontrar un trabajo, cuesta más todavía que te paguen un sueldo suficiente y encima los alquileres no hacen más que subir y subir. Por no hablar de que los kebabs en España son bastante malos. Que te comes un kebab después de una noche de fiesta y, spoiler, la fiesta va a seguir en el cuarto de baño de tu casa.

Hay muchas razones para mudarse a Berlín (o a cualquier otra ciudad alemana, pero por ahora solo se congelarán los precios de los alquileres en la capital) pero nosotros hemos escogido las cinco que más envidia nos dan.

1. Precios de los alquileres congelados

Qué gustico da cuando los políticos reconocen los problemas reales de la gente y deciden hacer algo por solucionarlos. En Berlín pasaba un poco lo que está pasando ahora en ciudades como Madrid o Barcelona: que la burbujita de los precios no hacía más que hincharse e hincharse y cada vez era más difícil encontrar un piso que te pudieras permitir. En España, de hecho, sigue siendo una experiencia terrible buscar piso.

El pasado martes se aprobó en Berlín por ley la congelación del precio de los alquileres durante los próximos cinco años. También están contemplando establecer un precio máximo de alquiler. Vamos, que genial todo.

2. Los kebabs de verdad se venden en Alemania

El plato estrella de la comida rápida turca llegó a Europa tras la II Guerra Mundial cuando miles de emigrantes turcos buscaron refugio en Alemania. Hay cierto acuerdo en que la primera persona que preparó un kebab en Berlín fue Memhet Aygun, en 1971, aunque otros también apuntan a Kadir Nurman en 1972.

Sea como fuera, lo cierto es que en los años 70 el kebab, que ya se conocía en Turquía desde el siglo XVIII (aunque se preparaba de otra manera y en más variedades que en pan, enrollado o en plato), llegó a Alemania directamente desde Turquía y por eso aún en la actualidad allí se preparan los mejores kebabs europeos, que no tienen nada que ver con el kebab que se sigue comiendo en Turquía, Grecia y otros países de Oriente Medio.

Es bastante común encontrar recomendaciones para comer kebabs en Berlín en guías turísticas y es que merece la pena probarlos si haces un viajecito, porque son diferentes, están buenos y encima son baratos.

3. Un montón de rincones históricos por explorar

Alemania es un país cargado de historia. Y de historia superinteresante, porque este país ha pasado por TODO. Ha sido parte del Imperio Romano, del Sacro Imperio Románico Germánico, ha sido cuna del luteranismo, ha sido un Imperio muy poderoso con sus colonias y todo, una república, el país que vio alzarse al nazismo, y también un país dividido y repartido entre otros estados después de la II Guerra Mundial, para lograr por fin reunificarse en 1990.

¿Eso en qué se traduce? Que si en Alemania ha pasado de todo, su historia, cultura, y aspecto actual son una mezcla superinteresante de ese mix que convierte a este país en un lugar único en el que nunca te cansarás de conocer rincones nuevos. Por ejemplo, ahora se ha puesto muy de moda el turismo de lo abandonado. Ruinas de un pasado reciente que han caído en el olvido y que empiezan a ser recuperadas, sobre todo, como lienzo para el arte urbano y las fiestas prohibidas.

4. Cerveza, cerveza, cerveza

De todos los tipos, de todos los sabores, en todo tipo de celebraciones... Alemania tiene la fama de ser uno de los países fabricantes de las mejores cervezas del mundo. No sé, para saber si esto es cierto, tendremos que probarlas. Eso sí, con cuidadito y con calma, que en este país hay más de 5.000 tipos de cerveza diferentes.

5. El salario mínimo

Si vives en un país en el que los precios de los alquileres son altos y además hay mucha cerveza que comprar, necesitarás un buen salario, ¿no? Si eres español, estarás leyendo esto de tener un sueldo acorde con el nivel de la vida de tu país como una utopía imposible, pero para los alemanes es lo más normal del mundo. En Alemania el salario mínimo interprofesional estipulado para 2019 es de 1.557,00 EUR al mes. No llores, hombre. Anda, ven aquí, dame un abrazo.

Bueno, tú si tienes que llorar, llora, porque el salario medio en Alemania es de 4.212 euros al mes. *cries in jealous spanish*