La pandemia del coronavirus ha traído muchas novedades a nuestro día a día, una de ellas, y posiblemente la más significativa, ha sido el uso obligatorio de la mascarilla. Los esfuerzos por erradicar este virus no cesan, pero todavía no podemos saber hasta cuándo nos acompañarán todas estas novedades que nos hemos visto obligados a incorporar a nuestra vida, como el gel hidroalcohólico o las mascarillas quirúrgicas, ya que los expertos aseguran que todavía tendremos que esperar un par de años.
En unos pocos meses hemos tenido que convertirnos en auténticos especialistas con respecto al uso de la mascarilla. No se nos escapa ninguna oferta en el supermercado a la hora de comprar los packs más baratos, los truquitos para guardarlas mientras comemos o recomendaciones cómo el tiempo que podemos usarlas antes de tirarlas.
No obstante, todavía tenemos algunas dudillas sueltas como, por ejemplo, las que tienen que ver con el contenedor al que debemos tirarlas, ¿van al amarillo, al azul o al verde de restos? Pues bien, estas hay que tirarlas sí o sí al contenedor de restos, al que tiramos habitualmente la basura, al que es de color verde oscuro. Solo así estaremos previniendo que estas provoquen un problema ambiental.
Además, bajo ningún concepto debemos tirarlas al váter, ya que este podría atascarse, puesto que las mascarillas provocarían un tapón y el agua no pasaría como es debido.
Tirar las mascarillas al contenedor adecuado no lo es todo; además de esto tenemos que recordar cortarle las gomas laterales a las mascarillas previamente. Ha sido el diario británico 'The Independent' el que ha compartido un vídeo en el que podemos ver cuáles pueden ser las consecuencias de tirar nuestras mascarillas sin haberles cortado previamente las gomas laterales.
En el vídeo aparecen dos veterinarios tratando de desenredar las patitas de una gaviota que se ha quedado atrapada entre las gomas de una mascarilla. Es entonces, para liberarla, cuando los veterinarios cortan estas gomas y se puede ver que las patas se le han hinchado por el tiempo que las ha tenido enganchadas; algo que no habría ocurrido si todos nosotros cortásemos las cintas antes de tirarlas a la basura. No obstante, esta no es la única posible complicación, ya que también hay animales que se están atragantando con ellas.
Ahora, la gaviota tendrá que tomar antiinflamatorios para que sus patas se mejoren y pueda volver a su vida con total normalidad.
Esta problemática recuerda a la que existe también desde hace años con las anillas de plástico que sujetan las latas de refrescos o cervezas en los supermercados. En estos casos también se recomienda que estas se corten para que los animales no se queden atrapados en ellas, como le ha ocurrido a esta gaviota con la mascarilla. No obstante, esto no quita que también haya que tirarlas a un contenedor específico (al amarillo, el del plástico) para que estas se reciclen correctamente.
Tirar las mascarillas al contenedor de restos es una obligación, no existen otras opciones para deshacernos de ellas y, por tanto, no podemos tampoco tirarlas al váter. Además, este no es exclusivamente un tema medioambiental.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte de que si arrojamos las mascarillas al inodoro, además de perjudicar al medioambiente, podríamos generar atascos en las tuberías que ocasionarían, al mismo tiempo, otros graves problemas.