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Las mascotas son amigos, no obsequios: por qué nunca es una buena idea regalarle uno a tu mejor amiga

  • Los perros y gatos son parte de nuestra familia, no un regalo que se pueda devolver.

  • Aunque creas que a tu mejor amiga le puede hacer mucha ilusión que le regales una mascota, ponerle un lacito a un animal nunca es buena idea. Lo mejor es esperar a que la persona interesada adopte.

¿Tu mejor amiga suspira cada vez que ve un perro? ¿Los dálmatas le dan ganas de llorar? ¿No deja de repetir que ojalá compartiese su vida con una mascota? Con esa premisa, quizás te plantees acudir a una protectora y adoptar uno para ella; de hecho, según la Fundación Affinity, uno de cada cuatro españoles se ha planteado regalar una mascota para Navidad.

Lo cierto es que, por muy buena idea que parezca, jamás se debería regalar un animal. Acoger a uno en casa tendría que ser una decisión completamente personal, meditada y estudiada, para evitar que acaben en las calles o protectoras innecesariamente. En España, el año pasado se abandonaron más de 138.000 perros y gatos, de acuerdo a la misma fundación. Una cifra triste que, previsiblemente, se mantendrá este año.

Vivir con una mascota implica un compromiso de hasta veinte años con el animal, como recuerdan desde Consumer. Durante ese tiempo hay que alimentarle de manera saludable, llevarle al veterinario, jugar y ejercitarle y asegurarse de que su vida sea tan plena como podamos. Según los datos del Ministerio de Agricultura, ya hace cinco años mantener a una mascota costaba entre 500 y 800 euros anuales. Un esfuerzo que no todo el mundo puede asumir.

Por eso, nuestra recomendación es que nunca regales una mascota, sino que esperes a que tu amiga se decida a acoger y la acompañes durante el proceso. Puedes, si quieres, cargar con los costes de la adopción como regalo, pero nunca le pongas un lazo a un perrillo si no es para ti.

Claves antes de adoptar (nunca regalar) una mascota

  • Hay que asegurarse del consenso de todos los que viven en la casa: al final, todo el mundo tendrá que cuidar, querer y responsabilizarse del animal. La decisión de adoptar un animal no debe ser impulsiva, sino responsable.
  • Tu estilo de vida debe ser compatible con el de una mascota. Antes de adoptar, tendrás que pensar en tu verdadera disponibilidad. ¿Vas a pasar mucho tiempo en casa? ¿Viajar mucho por trabajo? Todo ello condicionará la decisión.
  • Si el animal va a entrar en una familia, todos los miembros deberán participar en el proceso de adopción. Conviene dejarse asesorar por los profesionales de las protectoras para saber su si personalidad y necesidades son compatibles con la vida de los miembros de la familia.
  • Hay que asumir las limitaciones. Un animal da mucho, pero también exige responsabilidades. Por ejemplo, cuando viajéis deberéis pensar en él o dejarlo en un espacio dedicado al cuidado animal durante esos días. Hay que asumir y pensar en estos costes antes de tomar la decisión.
  • Adopta en un momento calmado, después de haberlo pensado mucho y sin la emoción de las celebraciones. La Navidad, por ejemplo, no es un buen momento para adoptar: lo mejor es hacerlo antes o después de las fiestas, con todo un poco más tranquilo, cuando el perro o el gato puedan adaptarse a la casa con normalidad.
  • Los preparativos son muy importantes. La llegada de una mascota a casa necesita una inversión y una preparación previas: una habitación tranquila, camas, juguetes y recipientes para la comida… así como correas o areneros. Pensad en eso antes de que llegue el animal a casa, para que su adaptación sea más sencilla.
  • Si lo adoptas, ten en cuenta que necesitarás invertir un tiempo en su educación, o dinero para pagar a un experto en comportamiento animal titulado. Si hay otro animal en la familia, también tendréis que trabajar en la socialización de los dos, para que terminen llevándose bien pese a compartir el espacio y el cariño de su familia.
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