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Los expertos responden: ¿Odian o temen los gatos realmente a los pepinos?

  • Desde hace unos meses, han vuelto a internet los vídeos en los que se ve a algunos gatos asustarse muchísimo ante la visión de un pepino.

  • Sin embargo, no les ocurre a todos los gatos, y puede que a los que les pasa ni siquiera tengan miedo del pepino. En Yasss te lo contamos todo sobre el tema.

Los gatos son animales bellísimos y agiles, caracterizados por su sentido de la independencia y la lealtad hacia los suyos. Pero el que alguna vez ha cuidado uno sabe que eso no es lo único que les hace tan especiales: su característico ronroneo, la curiosidad que sienten por el mundo que les rodea o sus atusados bigotes nos dejan embelesados. Los gatos son criaturas dignas de admiración que, de hecho, nos pasamos horas y horas mirando, y a los que parece que nunca llegamos a conocer del todo.

Un felino no dejará de sorprendernos, por cosas tan bizarras como su pavor a los pepinos. Sí, como lees: esta hortaliza hace que muchos gatos pierdan el control de su cuerpo. Para comprobar si le ocurre al tuyo, puedes someter a tu minino a un estrés descomunal dejando un pepino en el suelo (tal vez no sepas distinguir un pepino de un calabacín y te plantes con el segundo delante de tu gato, pero ese es otro tema), o puedes ver alguno de los vídeos que circulan por TikTok e Instagram, en los que se muestra este fenómeno.

Pero, ¿por qué les da tanto miedo el pepino a los gatos? ¿Qué tiene de aterrador? ¿Acaso sus instintos les advierten del potencial peligro? ¿Qué ven que nosotros no vemos? En Yasss tratamos de responder a todas estas preguntas.

¿Por qué los gatos temen a los pepinos?

Lo primero es lo primero: no todos los gatos temen a la hortaliza. Un vistazo rápido por los vídeos de YouTube demuestra que, aunque las reacciones de algunos animales pueden ser exageradas, otros ni se inmutan al ver un pepino. Quizás a tu gato le ocurra o tal vez no: para comprobarlo, tendrías que ponerle uno en la cara y arriesgarte a que le dé un ataque, aunque estresarle no debería ser siquiera una opción.

Esa es la denuncia de muchos etólogos veterinarios, como el conductista animal californiano Jill Goldman, que en una entrevista con National Geographic remarcaba que estresar al animal le causa daño. “Si lo haces por diversión, me obligas a cuestionar tu autoridad”, denunciaba. En la misma línea se posicionaba el autor del libro ‘Cat Sense’ John Bradshaw, quien añadía que estos vídeos son “despreciables”, ya que invitan a las personas a que asusten a sus gatos y luego lo compartan, para burlarse de ellos.

Según estos expertos, la explicación al miedo de nuestros gatos al ver un pepino en el suelo podría estar en dos puntos: primero, que no suelen verlos tirados por ahí, por lo que ponen la alarma, y segundo, porque pueden relacionar el verde con las serpientes, depredadores mortales. La respuesta de su cuerpo será huir tan rápido como pueda, para después reevaluar la situación desde lejos, en un lugar más seguro.

Otra idea muy extendida es que no es el pepino lo que asusta al gato, si no su aparición repentina. Algo así como sorprender a alguien por detrás. De hecho, hay decenas de vídeos en los que podemos ver a gatos saltando ante la visión de una manzana o un plátano, lo que hace de esta teoría una explicación más que valida.

Otros miedos felinos

Pero el temor de los gatos no se queda en los pepinos. Si quieres evitar un mal rato a tu mascota y mejorar su salud, también deberías evitar su exposición a estos cuatro casos:

  • Aspiradoras. Es sacar una y que el gato salga corriendo. Normal, si tenemos en cuenta el ruido que hacen y que los gatos tienen un oído mucho más fino que el nuestro.
  • Petardos y fuegos artificiales. Volvemos al oído del gato. Si a nosotros nos da un vuelco al corazón, cada vez que escuchamos el estallido de un cohete, imagínate en el caso de tu minino.
  • Globos. Una bola de aire que vuela, con una textura extrañísima. Visto así, normal que los globos aterroricen a tu mascota, ¿no? La cosa se puede poner todavía más fea si el animal ha explotado uno sin querer y se ha llevado su consiguiente susto: en ese caso, el miedo a estos objetos puede ser descomunal.
  • A otros gatos. Lo contaba el propio Bradshaw en su libro ‘Cat Sense’: los mininos son animales territoriales, y se toman el tema de los espacios muy en serio. Los gatos defienden su territorio con uñas y dientes, lo que desemboca en otros conflictos y, en ocasiones, en una socialización terrible con los de su especie.

El abanico de temores felinos es muy amplio, y depende en gran medida de sus experiencias pasadas. Si alguno de ellos te preocupa especialmente o está condicionando su vida, lo mejor es que le lleves a un veterinario o a un especialista en conducta para que analice y trate su caso.

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