Can con lágrimas, animal infeliz: ¿sabes por qué lloran los perros y cómo puedes calmarles?
María Gómez de MontisMadrid
Un perro llorando nunca es una buena noticia.Justin Veenema en Unsplash.
Existen muchos motivos por los que tu perro puede llorar. En Yasss te ayudamos a identificarlos para acabar con sus lágrimas cuanto antes.
Tu perro es tu mascota, pero solo quien convive con uno sabe que, a ratos, también se le trata como a un hijo. Cuando tiene sueño, le ayudas a hacer ejercicio y a conciliar el sueño, si tiene hambre, le llenas el plato con su comida favorita, y si le duele algo, no dudas en acudir con él al veterinario. Pero, como le ocurre a un padre primerizo con su bebé, el llanto de tu perro te paraliza. ¿Por qué está tan triste? ¿Tiene sed, sueño o está enfermo? Y, sobre todo, ¿qué puedes hacer para ayudarle?
Los gimoteos son una manera como otra cualquiera de comunicarse contigo, de decirte que algo no les va bien. Por eso, es importante que, como cuidadores, sepamos identificar las razones por las que nuestros perretes lloran. Solo así podremos poner fin al motivo de sus lágrimas rápidamente.
Hay muchas razones por las que un perro puede estallar en llanto. En el caso de los cachorros, todavía más, y es importante conocer sus razones para entenderles y cubrir mejor sus necesidades. Algunas de las más comunes son las siguientes:
Miedo. En ocasiones los perros, especialmente los cachorros, suelen llorar por miedo. Es normal que lo padezcan, especialmente si les acaban de separar de su camada o de su madre, pero los adultos tampoco están libres de sufrir por sus propios temores. Un perro en este estado puede provocar destrozos.
Ansiedad. Existen razas con mayor tendencia a la ansiedad, como los chihuahuas o los pequineses, pero también las razas más grandes pueden sufrir de nervios o estrés. Las aglomeraciones o los ruidos muy fuertes y estridentes, como los cohetes y petardos, pueden ser el motivo. Tanto en este caso como en el anterior, es recomendable solicitar la opinión de un etólogo veterinario, un especialista en comportamiento canino que cambie sus conductas más dañinas.
Soledad. Si tu perro está muy apegado a ti y tú sales mucho de casa, es normal que se eche a llorar. A estos animales les encanta vivir en manada, y pasar demasiado tiempo solos les puede pasar factura. Asegúrate de pasar ratos con él habitualmente.
Pánico. Cuando se sienten faltos de cariño o inseguros ante algo que está a punto de ocurrir, los canes pueden tender al llanto.
Enfermedad o dolor. Un perro que sufre probablemente llorará, sobre todo cuando se le toque o roce la zona dolorida. Una pata dolorida o una otitis pueden resultar muy complicadas para el animal: examínale si llora habitualmente y acude al veterinario para salir de dudas.
Emoción. En ocasiones, cuando el perro se encuentra con algunas personas o animales, se pone nervioso o comienza a llorar. Suele remitir después de su saludo.
Hambre o sed. Quizás no te has dado cuenta de la hora, o se te ha pasado comprar comida y no tienes qué ponerle en el plato. En ocasiones, si tu perro tiene hambre o sed y nulo acceso a comida o agua, puede llorar para reclamar su alimento.
Manipulación. Si tu perro ha llorado alguna vez reclamando comida, por ejemplo, y tú le has consolado y reconfortado por su actitud, es fácil que haya asociado su llanto con que tú le des un premio. De ahí que, en adelante, te ponga cara de ángel y ojitos lacrimosos para conseguir diversión, caricias o un snack.
¿Cómo evitar que un perro llore?
Dependiendo de los motivos por los que tu perro empiece a llorar, así tendremos que poner una u otra solución. El veterinario es el encargado de descartar problemas físicos y, una vez hecho eso, podemos destacar otras medidas.
Para empezar, si adoptamos un perro deberíamos hacerlo a partir de los dos meses de vida, para que experimente un periodo de socialización con su familia, tal y como explican desde Experto Animal. De esa forma, su adaptación al hogar será mucho más sencilla. Asegúrate, además, de que en casa tienen todo lo que necesitan: comida y agua, pero también juguetes y presencia humana. Un espacio enriquecido también evitará llantos.
En cualquier caso, si las lágrimas persisten y ya no sabes qué hacer, no dudes en pedir ayuda a un etólogo veterinario para que analice su conducta y lleve a cabo los cambios que sean necesarios. La ayuda de un profesional puede mejorar tanto la calidad de vida del perro como la nuestra.