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Tratarla cuanto antes es fundamental: causas y síntomas de la coprofagia canina

  • Existen diferentes motivos por los que tu perro desarrolla coprofagia y tú puedes ser el causante de algunos de ellos

  • No te preocupes si una perra lactante o un cachorro lo hace, este comportamiento es normal es estos etapas

Todos estamos de acuerdo en que un perro es uno de los mejores compañeros de vida que puedes tener, te aporta compañía, estabilidad, fidelidad y vivencias inolvidables. Pero, como es lógico, durante la convivencia habrá momentos en los que su comportamiento deje mucho que desear y provoque algún desencuentro que otro.

Recuerda que, tu equilibrio emocional es determinante para forjar la conducta de tu perrete. Y es que, la personalidad de estos animales es tan sorprendente que puede llegar a transmitirte y aportarte más que una persona… ¿Sabías que te entienden cuando les hablas y puedes comunicarte fácilmente con ellos? Sin duda, el cerebro de los perros es más parecido al del ser humano de lo que se pensaba.

Aunque, en ocasiones, le lleve a actuar de manera descontrolada o imprevisible, como puede ser la ingesta de sus excrementos. Un comportamiento muy desagradable que te revolverá el estómago y te desconcertará por completo. En Yasss, te explicamos los motivos que le llevan a comer deposiciones y qué hacer para evitarlo.

La coprofagia canina

El hecho de que un can coma voluntariamente caca, se enmarca en un trastorno conocido como pica. Este desequilibrio le lleva a ingerir elementos inapropiados: arcilla, piedras, tierra, ropa, desperdicios…

En estas situaciones lo más habitual es la coprofagia, es decir, que se decante por la ingesta de heces. Una conducta inapropiada que indica que algo no está funcionando bien, a no ser que se trate de una hembra lactante que come los restos de sus cachorros para mantener limpio el nido -en estos casos, aunque puedes ayudarla manteniendo limpia la zona, es aconsejable permitírselo para evitar provocar una situación estresante que repercuta en el vínculo con sus pequeños-, o de un cachorro que simplemente está mostrando una conducta exploratoria propia de su edad y que remitirá con el paso del tiempo.

Las causas

Existen diferentes motivos por los que tu peludo ha podido adoptar este comportamiento -es fundamental que le lleves al veterinario cuanto antes, para que lo examine y determine la causa exacta-:

  • Nutricionales: Un perro que come caca puede tener un déficit de vitaminas o minerales debido a una mala alimentación -provocado, por ejemplo, por un pienso con un elevado porcentaje de cereales-. Una carencia que suplen de esta manera, ya que los excrementos le suponen una fuente de nutrientes.
  • Médicas: Hay ciertas patologías que pueden llevarle a actuar de esta forma, como: el síndrome de malabsorción intestinal, los parásitos intestinales, la diabetes mellitus, el hipertiroidismo o la depresión.
  • De conducta: Se trata de una llamada de atención en toda regla, habitualmente por falta socialización con su dueño y un sentimiento de soledad que puede provocarle ansiedad o estrés por separación -sí, al igual que los humanos los perretes también sufren ansiedad y tiene tratamiento-. Cuando se quede solo en casa déjale siempre juguetes para que esté entretenido e incluso listas de reproducción diseñadas especialmente para estas situaciones.
  • Miedo: Las excesivos broncas o castigos acercándole el hocico a sus deposiciones -cuando las hace en casa- es una situación tan negativa que le puede empujar a comérselas para evitar tu enfado. Evita el castigo cuando esto ocurra, ya que es algo traumático para él y debilita el vínculo que os une.
  • Mala atención: La mala de atención y la ausencia de salidas a la calle, provocará que tenga que hacer sus necesidades dentro del hogar y la necesidad de mantener limpio su hábitat le llevará a la coprofagia. Recuerda que no debería pasar más de 6-8 horas a solas en casa y que debe salir a pasear mínimo dos veces al día -para hacer sus necesidades, jugar, ejercitarse y socializar con otros de su especie-. Si no puedes ocuparte de un perro, no lo tengas.

Los síntomas

  • Un aliento fétido
  • Se muestra más sediento y orina más de lo normal
  • Aumenta su apetito, pero está perdiendo peso
  • Sufre gastroenteritis -inflamación intestinal y estomacal-, que va acompañada de diarreas, vómitos y flatulencias
  • Padece IPE -insuficiencia pancreática exocrina-, provocando una absorción insuficiente de los nutrientes
  • Sus heces huelen extremadamente mal y son blandas con presencia de grasa en ellas

Cómo evitar la coprofagia

Aunque se trata de un comportamiento pasajero, es importante que vayas al veterinario y lo corrijas cuanto antes. Toma nota:

  • Haz que su hábitat esté limpio y sea confortable, mantén la casa, la terraza, el balcón y el jardín siempre libre de heces.
  • Recoge sus deposiciones cuanto antes para evitar que se fije en ellas y se sienta atraído.
  • Prémiale justo después de defecar, para que desvíe su atención hacia la recompensa y deje su obsesión de lado -nunca le castigues si lo hace dentro de casa-
  • Sácale regularmente de paseo, es esencial que haga ejercicio y socialice con otros perretes y evita que pase mucho tiempo a solas. Organízate con vecinos, amigos o familiares para cumplir con las salidas a la calle reglamentarias. No olvides dejarle juguetes para que esté distraído -una opción muy recomendable son los juguetes interactivos-.
  • Ofrécele una dieta rica en vitaminas y minerales y recurre a los complementos alimenticios, para mejorar la absorción de nutrientes -antes de hacerlo, consúltalo con un especialista para que te ofrezca sus recomendaciones-.