La mayoría de las veces, cuando un perro se lame o trata de morder una zona del cuerpo es porque algo le molesta, incomoda o duele. Con las patas no es distinto: la mayoría suelen poner el foco en una molestia particular, aunque en ocasiones sea una cuestión de ansiedad o estrés. En el fondo, ¿qué más da por qué lo haga?
El caso es que las razones que lleven a tu perro a morderse las patas compulsivamente pueden ser diversas. Por eso, conviene tener un ojo puesto en ellos constantemente, para tratar de identificar sus motivos y reconducirle hacia una relación menos agresiva con su cuerpo y así evitar que se convierta en un comportamiento obsesivo con el que, además, se hace daño.
Es normal que, si ves a tu perro morderse las patas, hagas saltar la voz de alarma. Por eso, en Yasss te traemos cinco razones que pueden estar llevando a tu perro a tener esa actitud.
Los perros pueden ser tan alérgicos como tú o yo, y lo manifiestan con estornudos, nariz y oídos. Estos orificios les pican y molestan y reaccionan a ese dolor sin identificar haciéndose más daño: rascándose, frotando cara y orejas y mordiéndose las patas. También puede ocurrir que tenga algún tipo de infección de oído.
El problema no es solo que se rasque o muerda las piernas y las heridas que pueden derivar de ahí, sino que puede conducir las bacterias por todo su cuerpo, aumentando su malestar. Así que, si crees que tu pelo sufre alergia, llévale al veterinario para que le hagan las pruebas convenientes, retira cualquier producto químico de su alcance y mantenlo lejos de los espacios que puedan resultar perjudiciales.
El clima cálido y húmedo puede ser muy complicado para la piel de tu perrillo, especialmente si sufre dermatitis. Tal y como le ocurre a los humanos con esa enfermedad, el invierno les reseca la piel, y puede que por eso se vuelque en ellas, para tratar de paliar ese dolor.
Ocurre lo mismo con la humedad: hay que vigilar que, después del baño, tengan las patitas bien secas para que no se conviertan en caldo de cultivo de microorganismos. Además, si tu perro es sensible y tiene la piel húmeda, probablemente vaya a lamer sus patas constantemente.
¿Alguna herida a la vista? Quizás tu perro se muerda las patas porque está herido. No hace falta que sea algo grave o especialmente aparatoso, basta con que se haya pinchado o que alguna piedra haya entrado en contacto con la paya y le molesta mucho.
¿Garrapatas? ¿Pulgas? ¿Ácaros? Los bichitos que van de un lado a otro infectando a tu perro pueden ser la causa de que la mascota ande mordiéndose las patas, intentando capturar a un enemigo prácticamente invisible. Es cierto que las garrapatas pueden verse sin mucho cuidado, pero los ácaros son microscópicos y de las pulgas no se sabe nada hasta que no son muchísimas y ya no podemos hacer nada más que llevarle a un especialista.
Los perros no están exentos de tristeza ni depresión; cuando sufren estas patologías, tienden a masticar sus patas y a rascarse compulsivamente. Los perros también pueden reaccionar así porque su energía no está bien canalizada: si no hacen mucho deporte o el ejercicio más adecuado a sus condiciones, pueden acabar teniendo gestos extraños y nerviosos, como lamerse las patas.
Cuanto antes preguntemos a nuestro veterinario, antes descubriremos la causa de sus mordeduras y podremos poner fin a su sufrimiento.