Tener un perro es una experiencia de lo más enriquecedora, pero también puede convertirse en un marrón. En el momento en el que el animal entra en tu casa, pasa a ser tu responsabilidad, y es a ti a quien le corresponde hacerse cargo de todas sus necesidades: desde el cariño, la educación y el afecto hasta lo puramente material, como la alimentación o el cuidado veterinario.
Adoptar a una mascota es una decisión sobre la que merece la pena recapacitar. ¿Dispones del tiempo y las ganas suficientes como para afrontarlo? A fin de cuentas, hablamos de una oportunidad que durará, si todo sale bien, más de una década, y que condicionará tu vida desde el momento en que digas sí. A partir de entonces, tendrás que pensar cómo afecta lo que haces (desde mudarte a un piso nuevo hasta irte de vacaciones, pasando por los horarios de tu trabajo) a tu perro. Probablemente, en ese tiempo tendrás que hacer algunos sacrificios.
Eso por no hablar de los costes que acarrea un can, que no son pocos. La Real Sociedad Canina de España (RSCE) estima en su análisis ‘Mi mascota en cifras’ que los cuidadores gastan en sus perros unos 1.250 euros anuales, lo que se traduce en una media de 105 euros mensuales.
Cuando hablamos de gastos derivados del cuidado de una mascota, el primero que se nos viene a la cabeza es la alimentación. El mercado está lleno de piensos para perros: desde los más básicos, que pueden provocar complicaciones en la salud de nuestro perro, hasta los que tienen un nivel nutricional altísimo y fórmulas de alta calidad. Los segundos pueden triplicar el gasto a final de mes, pero son mucho más sanos para los animales, tal y como recuerdan los expertos. Si se puede, lo mejor es apostar por la calidad.
Una correa y un arnés o collar, la cama, los comederos y el aseo… el ticket de accesorios y juguetes para un perro no es corto, pero todos son muy beneficiosos para su desarrollo.
Por ejemplo, en el caso de los juguetes, conviene hacerse con algunos diseñados específicamente para ellos, ya que tanto su resistencia como los materiales han sido probados y están pensados para no dañar su salud. ¿Y por qué son importantes? En primer lugar, porque estimulan al animal y le ayudan a crecer, y en segundo, porque si está solo en casa y tiene con qué entretenerse, no pagará su aburrimiento con tu colcha o alfombra favoritas.
Los otros gastos derivan de cosas tan necesarias para el animal como una cama donde dormir, un espacio en el que comer o un accesorio con el que pueda salir a pasear a diario.
Si nos centramos solo en las vacunas, obligatorias y necesarias para cuidar la salud de todos, el estudio afirma que su coste oscila entre los 80 y los 200 euros. Pero, si hablamos tanto de las visitas regulares al veterinario como de los imprevistos, la cosa se pone todavía más fea. Los gastos aquí pueden subir hasta los tres ceros, sobre todo si hablamos de patologías serias o intervenciones engorrosas, y muchas veces suponen un problema en la economía de los cuidadores.
Entre estos gastos están:
En esta lista hemos dejado muchos otros fuera, como los adiestradores caninos o los productos de aseo, que también inflan la factura final. En total, se estima que el gasto derivado del cuidado de un perro puede estar entre los 700 y los 1500 euros anuales, aunque puede variar según el animal y el tipo de productos que decidamos comprar.
Por eso, antes de tomar la decisión de adoptar o no a un can, conviene dar una vuelta por nuestra cuenta corriente. Es importante comprobar que seremos capaces de mantenerlo antes de responsabilizarnos de su vida.