Desde hace unas semanas Alana se pasa el día llorando. Está en casa y sus dueños con ella las 24 horas del día, pero aún así esta perrita está triste. No es que no agradezca la compañía (nunca ha tenido a sus dueños todo el día para ella sola), pero se la nota que necesita algo más. Trata todo el rato de llamar la atención de Siomara y Vicente mientras ellos teletrabajan y ha vuelto a caer en malos hábitos que ya estaban superados. Alana echa de menos lo que todos: la libertad que hemos perdido con el confinamiento a causa del coronavirus.
El aislamiento forzado como solución a esta crisis sanitaria nos ha trastocado a todos la rutina. No salimos de casa más que para lo estrictamente necesario y si tenemos un perro (que ahora mismo es un tesoro), las salidas son mucho más cortas de lo acostumbradas: no más de 5 ó 10 minutos (lo justo para que cumpla con sus necesidades y estire las patas). Por supuesto, sin contacto con otros animales o personas.
En la calle a los perros se les deja olfatear por lo menos, pero cuando llegan de su vuelta a la manzana les toca la nueva rutina: el lavado de patas y de hocico para pasar ya en casa el resto del día.
Ante este cambio, puede que algunos estén reaccionando de una manera más desproporcionada. "Alana se pasa el día reclamando nuestra atención. Lo hace llorando, con zarpazos o simplemente dando vueltas por la casa sin ningún rumbo", nos explica Siomara. "La cuarentena no solo la estamos sufriendo nosotros". Este tímido galgo también la está notando y como ella hay otras muchas mascotas a las que les está pasando factura a nivel físico y emocional el confinamiento forzado.
El principal problema que puede tener un perro es que ahora sale muy poco a la calle y al no desgastar su energía en los paseos tienda a canalizarla en otras cosas. Nos explica Beatriz Cobo García, veterinaria en una clínica de Benavente (Zamora) que "ahora es normal que rompan objetos o desarrollen esterotipias como lo de correr en círculos. Se aburren de estar tanto tiempo en casa y aunque nos tienen a nosotros, para ellos es vital relacionarse con otros perros".
¿Cómo podemos cubrir esas necesidades sin salir? Hay muchas formas. La experta veterinaria recomienda tirar mucho de juguetes interactivos tipo Kong (juguete que muerde y en el que se pueden esconder premios), comederos antiglotones que son una especie de comederos gymkana con obstáculos para que los perretes se las tengan que ingeniar y lograr así su recompensa y sobre todo el realizar actividades tipo 'Agility' juntos.
"No hace falta un patio o una superficie grande para que podamos enseñarles trucos y órdenes a base de refuerzos positivos siempre (premios, caricias)", indica la experta veterinaria. La clave de todo está en que participemos nosotros de ello. No les dejemos solos. "De nada sirve tener cien hectáreas de terreno y decir que mi perro corre libre porque lo que es malo es que corra siempre solo. Los perros necesitan a sus dueños y hacer actividades con ellos". Este es un buen momento para compartir nuestro tiempo, siempre y cuando no hayamos dado positivo en coronavirus y tengamos que guardar ciertas distancias con ellos.
Eso es lo que están trabajando con su perra Vicente y Siomara. Ellos hacen de la hora de la comida todo juegos para que Alana esté activa y se le haga más divertido el confinamiento. ¿Qué hacen para que ejercite el olfato al no salir tanto a la calle? Dedicarse a esconder bolitas de pienso por todos los lados. Ya sea en el salón, la terraza, el trastero o ¡su nórdico! (es un galgo muy friolero). "Estamos intentando ser lo más creativos posibles dentro de las posibilidades que nos da nuestra casa y a veces subimos el nivel en las pruebas como cuando escondimos las bolitas en botellas para que ella tratara de sacarlas", explica Siomara. Lo ideal es que el animal no se frustre, pero que la actividad le cueste un poco, que no esté apática en casa.
El escondite, tirar la pelota o aprovechar para que aprenda órdenes son buenos pasatiempos para que el animal esté activo y no eche tanto en falta el marcaje que es la forma en la que se comunica con otros perros cuando se encuentran por la calle. Esa es su seña de identidad y el vínculo que establecen con otros vecinos perrunos y que ahora están perdiendo.
Y después... Todos estamos soñando con el momento de poder salir con tranquilidad de casa. Eso será la mejor señal de que el coronavirus ha sido vencido y de poder volver a nuestras rutinas. ¿Todos? No. Quizás a nuestras mascotas no les parezca tan buena noticia que podamos salir de casa y volver a estar casi todo el día fuera.
Lo mismo que ellas se dan cuenta de nuestros estados de ánimo y son un apoyo fundamental en estos momentos bajos, el día de después son de las que más van a acusar la separación. Y es cierto que para hacérselo más llevadero, hay que poner normas. Estamos con ellos, pero eso no quita para que tengan también una rutina como la que nosotros estamos llevando. Beatriz nos explica que "hay que tratar todos los días de hacer lo mismo con ellos y a las mismas horas. Eso es muy necesario y también que las mascotas se queden ratos a solas en su 'guarida' para que nosotros hagamos cosas sin ellos y así evitar el 'hiperapego'".
El premiar los comportamientos de serenidad (tanto si estamos de cuarentena como no) ayudará a nuestros amigos fieles a ir controlando más sus emociones, a que la separación luego sea más fácil: "No es cuestión de castigar si se ponen nerviosos", nos indica la experta veterinaria. Lo que hay que hacer es "ignorarlos hasta que se tranquilicen. Ahí es cuando les premiaremos con caricias y chuches".
El aislamiento preventivo tiene que servir como una oportunidad para dar todavía más amor a nuestros perros, conocerles, educarles sin que se nos olvide animarles. Ellos están sintiendo nuestras frustraciones y el no poder gastar toda su energía en la calle. Lo están pasando mal con el confinamiento, aunque por otro lado estén encantados de que pasemos ahora más tiempo con ellos.