Notas a tu perro decaído, sin ganas de nada. Lleva varios días temblando, tirado por el suelo como alma en pena, y sabes que eso no puede ser buena señal. Piensas en fiebre, en dolores, en intoxicaciones… pero, ¿y si tan solo tiene frío y vas a la consulta del veterinario para nada?
Como tú y como yo, los perros tiemblan. Lo hacen por muchas razones y casi ninguna es buena: por eso, conviene saber los motivos que pueden llevarle a hacerlo, para descartar patologías más serias en el momento.
Ahora que acaba el verano y empiezan a sucederse las noches fresquitas, es normal que la frecuencia de temblores de nuestro perro aumente. Estos movimientos, cadentes e involuntarios, pueden volvernos locos si no aprendemos a distinguir entre los temblores fisiológicos (los que provienen de estímulos externos, más “normales”) y los patológicos o producidos por una enfermedad. En Yasss te damos las claves para hacerlo.
Cuando tienes frío, tiemblas: eso es fisiológico. En el caso de tu perro, le ocurre lo mismo, y si recibe un estímulo y su organismo interpreta que debe temblar, lo hará. El ejemplo más claro ocurre durante las noches de invierno, en las que el perro acude a nuestra cama para acurrucarse debajo de la manta. Cuando se coloca a nuestro lado, notaremos que tiembla para termorregularse, ya que estos temblores aumentan su temperatura corporal y reducen su sensación de frío, según explican desde la clínica veterinaria La asunción.
También es habitual ver a nuestros perros temblar al dormir, después de hacer ejercicio muy intenso o por estrés. En todos esos casos es normal: los canes también sueñan, tiemblan del esfuerzo o sienten pánico y miedo, en ese orden. Sin embargo, conviene revisar el temblor por si persistiese en el tiempo. En ese caso estaríamos hablando de un caso patológico y tendríamos que acudir al veterinario para que le hiciese una revisión. Si puedes, graba un vídeo mientras sufre el episodio para poder mostrárselo a su médico más tarde.
Cuando los temblores se vuelven frecuentes o repetidos y localizados, podemos estar hablando de una cuestión patológica. En ese caso, conviene dar la voz de alarma y consultar con un profesional, para que nos recomiende el tratamiento que mejor se adapte a nuestro caso.
Si tu perro presenta temblores y lo notas decaído, sin ganas de comer ni de moverse, puede que sea porque su temperatura corporal esté alta. Si tienes un termómetro para tu perro, pónselo para comprobar o descartar que esté teniendo fiebre. Dependiendo de la respuesta, tendrás que consultar o no con tu veterinario el siguiente paso para su recuperación.
Tampoco es extraño que, cuando los perros sienten dolores o tienen infecciones en la zona abdominal, presenten algunos temblores sin razón aparente. Esto aplica también para las intoxicaciones y enfermedades más graves y potencialmente mortales como el moquillo, por lo que conviene tener un ojo encima de él y, ante la más mínima duda, acudir a un profesional para que le de un tratamiento.
Existen otras causas que pueden provocar temblores y falta de apetito en nuestro animal, y tan solo el veterinario puede ayudarte a identificarlas. Lo mejor es pedir una revisión y salir de dudas.