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A los humanos les encantan, pero los mininos las odian: cosas que molestan muchísimo a un gato

  • Los gatos son animales muy complejos y hay que aprender a convivir con ellos. Sin embargo, hay un par de cosas que puedes evitar si quieres ser un buen cuidador.

  • Dejar los besos y achuchones a un lado, evitar los sonidos fuertes y no llevarle a la playa son solo algunas de las cosas que puedes hacer para que no te odien a muerte.

Te preocupas muchísimo por tu gato, eso no lo duda nadie. Sabes qué es lo mejor para él, qué debe comer, cuánto ejercicio debe hacer. Lees en sus ojitos cuándo está enfermo y hueles el momento exacto en el que necesita un baño. Le cepillas, le cuidas, le quieres. Nunca harías algo que pudiese dañarle, pero, sin embargo, quizás estés haciendo algo que no le gusta un pelo.

Por muy maravillosa que sea tu amistad gato-humano, hay decenas de cosas que a tu mascota no le gustan un pelo, pero que está aguantando porque depende totalmente de ti. Son cosas que seguro que haces sin maldad, pero el desconocimiento también hace daño.

Las cositas del día a día

Cuando quieres mucho a alguien, puedes mirarle fijamente, con cariño. Seguro que lo haces con tu pareja o amigos y quizás tengas la tentación de hacerlo también con tu gato, aunque no es la mejor de las ideas. Lo que para tu es una mirada de ternura para él es una amenaza. ¿Quién en su sano juicio querría mirar tan fijamente a alguien si no fuese para retarlo? Pues eso. Seguro que encuentras formas de demostrarle tu cariño que no le hagan sentir brutalmente incómodos.

¿Y los besos? En estos meses de pandemia, igual te cortas a la hora de dárselos a tu familia y amigos, pero fijo que con tu gato no tienes tantos reparos. Besuqueo, abracitos, sobeteo por los mofletes… eres un monstruo que mide diez veces más que él y le está atosigando: por favor, para. Ahora bien, tampoco le ignores, que igual toma represalias. Los cariñitos y la atención, en su justa medida; trata de estar pendiente de su lenguaje corporal para saber cuándo reclama más.

Otra cosa que no le gusta nada a tu gato son los sonidos fuertes. ¿En tu casa sois de tener la tele muy alta, o vivís cerca de una carretera en la que se forman embotellamientos y suenan las bocinas todo el día? Igual está más estresado de lo que crees. Los mininos, ya lo sabes, no son fans de los cambios, y los sonidos muy bruscos pueden alterar a lo bestia su paz interior. Ocurre lo mismo con las mudanzas: una vez tiene marcado y conocido su territorio, no tolera bien que le cambies todo de sitio y ubicación. Por eso, lo mejor es hacer estas cosas progresivamente.

Pero tu gato es un hater de primera, y la lista no se acaba aquí. En Yasss hemos seleccionado algunas de sus cosas menos favoritas, para que trates de evitarlas cuando él está delante. Aquí van cinco:

El agua

Me pinchas y no sangro: que a los gatos no les mola el agua no es ninguna novedad. Sin embargo, nosotras hablamos de las grandes masas de agua, como lagos o playas, aunque hay gatos siberianos, por ejemplo, a los que les flipa estar empapados. De todas formas, por norma general a los mininos de la calle no les gusta nada que les roce ni una sola gota. Su relación con el elemento no suele ser muy cercana: salvo que se haya criado a orillas de un río o un lago, es normal que sientan desconfianza por el agua. Tú mides mucho más y, reconócelo, a veces también ves formas extrañas en el fondo…

Que le retengan por la fuerza

¿Le tienes en brazos, tan tranquilo, y de repente se revuelve contra ti y trata de escapar? Suéltale, por favor. Si no está cómodo en tus brazos y trata de huir de tu agarre por todos los medios, lo mejor es dejarle ir. La alternativa, ir contra su voluntad, puede no ser plato de buen gusto para ninguno de los dos.

La suciedad

Como lees, a los gatos no les suele hacer mucha gracia que les duchen (quitas su marca característica, la que usan para moverse por el mundo, el olor), pero tampoco les mola nada estar sucios. De hecho, comprobarás que muy a menudo tu minino se pasa la lengua por el pelaje, para limpiarse. Así que echa un vistazo a sus pertenencias y chequea un par de veces a la semana que ni su arena ni sus objetos de uso diario están más sucios de la cuenta.

Que les ignoren

Primer apunte del manual para cuidar gatos: si tu minino no es el prota, se aburre y la lía. En contra de lo que dice la creencia popular, que asegura que los gatos son animales solitarios y ariscos, los mininos necesitan del cariño de sus compañeros para tener un día más o menos decente. Es cierto que no les gusta ser atosigados, pero tampoco que les ignores; si después de no hacerles ni caso acaban meándose en tu cama, que no sea porque no te hemos avisado.

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