Los gatos siempre se han identificado por su independencia: van a su rollo. Esto es lo que dice la creencia popular, y es que nuestros amigos felinos son muy autosuficientes, pero lo que mucha gente pasa por alto es que la razón por la que muestran este carácter tiene mucho que ver con la desconfianza.
Por eso, cuando adoptamos un gato como mascota, normalmente nos cuesta ganarnos su afecto, pero no es una meta inalcanzable. Hay muchas cosas que podemos hacer para que, poco a poco, vayan fiándose de nosotros y se acerquen, volviéndose más amigables y cariñosos. Eso sí, toca ser pacientes y cuidar cada detalle para que sientan que nuestros gestos son bienintencionados y ellos se sientan seguros a nuestro lado.
De todos modos, recuerda que los gatos son unos animales más salvajes que los perros, aunque hayan sido domesticados, esta faceta es relativamente reciente. Los humanos llevan 100.000 años conviviendo con perros, mientras que los gatos empezaron a entrar en los hogares del norte de África hace 5.000 años para cazar ratones. Esto era también muy habitual en España, en los hogares de los agricultores, que tenían gatos en las casas para evitar que los ratones se comieran la cosecha de los graneros. Esto explica que sigan siendo animales independientes, cazadores y muy suyos. ¿Qué hay que hacer para ganarse su confianza?
Los gatos son mascotas territoriales, muy cautelosos en sus movimientos y acciones, les gusta inspeccionar todo el espacio para asegurarse de dónde hay potenciales peligros, qué les perturba y en qué rincones se sentirían seguros. Son estrategas natos, por eso tienes que cuidar tus gestos hacia ellos, sobre todo al principio, porque de eso dependerá que te vean como un aliado o como una amenaza.
Es muy importante que reserves un lugar para tu gato en el que no se sienta vigilado, en el que pueda estar tranquilo. Prepara un lugar para su descanso, para que se aísle, pero también para pueda hacer tranquilo sus necesidades en su caja, sin sentirse observado.
Sí, esto siempre es una buena forma de hacer amigos, da igual de la raza y especie que sean. Los gatos son muy listos y también son interesados. Si les alimentas te querrán antes. A ellos también se les conquista por el estómago. Dale de comer regularmente para que entienda que le proporcionas comida y refugio. Cuando se acerque a comer, dale espacio
La diversión es muy importante a la hora de crear vínculos. Seguro que tú también te hiciste inseparable de tu mejor amigo de la infancia jugando, o confraternizaste con tus colegas de fiesta en fiesta. Pues a los gatos les pasa lo mismo: si se divierten contigo les caerás mejor.
Habla en un tono de voz moderado, no hagas demasiado ruido y deja que se habitúe a tenerte cerca. Si tu gato lleva poco tiempo en casa tienes que comprender que todavía siente el lugar como algo desconocido y tiene que aprender a acostumbrarse. Para que se familiarice con tu olor puedes dejarle que duerma con alguna prenda vieja que huela a ti. Así te relacionará con la calma y le ayudará a coger más confianza.
Esto es muy importante, ya que para los gatos el contacto visual significa desafía o amenaza. Y si usas gafas, evítalas al principio cuando te dirijas a él ya que tus ojos se pueden agrandar debido a las lentes y aumentar su sensación de amenaza.
Deja que sea él quien se acerque a ti. Si sientes que está tenso, te mira atentamente mientras su cola está rígida y sus pupilas dilatadas, todavía necesitará tiempo. Intenta no mirarle directamente a los ojos o se podría sentir intimidado. A los gatos no les gusta que estén pendientes de ellos constantemente, prefieren elegir ellos cuándo quieren relacionarse con nosotros.
Sin embargo, algunas señales de que tu gato está ganando confianza son, por ejemplo, que se siente cerca de ti y se limpie, ya que esto muestra que está relajado. Que ande hacia ti sin miedo, que se siente dándote la espalda, ya que no te verá y eso querrá decir que confía en ti. También puedes colocar premios a tu alrededor que le invitarán a acercarse.
Cuando por fin se acerque a ti, chocando su cabeza contra tu cuerpo, haz que tu compañía se convierta en una experiencia agradable. A los gatos les encantan las caricias, pero tendrás que empezar muy suavemente y con movimientos lentos para no asustarle. Deja caer tu mano, bajándola a su nivel, sin tocarle, y deja que sea él quién se acerque. Nunca la coloques directamente sobre su cabeza porque lo puede tomar como un ataque. Comienza por acariciarle las orejas y sigue por la barbilla. Empieza extendiendo un dedo, para que vea que vas poco a poco. Y si ya sois amigos, disfruta de su compañía... ¡Pero luego no te quejes si no se despega de tu lado!