¿Quieres ser policía? ¿Estás convencida de que el uniforme te quedaría increíble? ¿Te seduce la idea de estabilidad que ofrece ser un funcionario? Si estás pensando en entrar en el cuerpo nacional de policía, hay un par de cosas que debes tener claras. Lo primero es que, una vez estés dentro, serás un funcionario público y tendrás los mismos derechos que cualquier otra persona que trabaje en la administración. También hay que tener en cuenta que con el uniforme debería venir el compromiso y la solidaridad social, así como el respeto por los ciudadanos, y que se trata de una labor muy exigente y complicada.
El trabajo de policía requiere una gran dedicación y servicio, así como muchas horas cara a cara con situaciones difíciles. Para ser un buen poli es necesario ser empático, mostrar interés por los demás y abandonar los prejuicios al entrar en comisaría, pero también pasar una serie de pruebas. La oposición para llegar a entrar en el cuerpo es dura y exige constancia en el estudio y preparación de pruebas físicas. Pero si ya estás convencido y sabes que quieres entrar, sigue leyendo: en Yasss te contamos qué debes estudiar para pasear de uniforme con una placa encima.
Cuerpos de policía hay muchos. Se distinguen en tres niveles administrativos: local, autonómico y nacional. De lo más amplio a lo más local, encontraríamos primero a la Policía Nacional, para después pasar a los cuerpos dependientes de las Comunidades Autónomas (Mossis d’Esquadra, Ertzaintza, Policía Foral de Navarra y Policía Canaria) y, por último, los policías locales.
El Cuerpo Nacional de Policía (CNP) ocupa todo el territorio nacional, salvo las comunidades autónomas que cuentan con policías propios, como los Mossos o la Ertzaintza. Las oposiciones para el CNP las convoca el Estado y, por tanto, las convocatorias se publican en el Boletín Oficial (BOE). Este recoge también los requisitos para presentarse a la misma:
En la mayoría de los cuerpos, los requisitos son compartidos, aunque la última palabra la tiene el órgano convocante. En Madrid, por ejemplo, se exige a sus policías locales una talla mayor que la del CNP. En el caso de las Comunidades Autónomas con dos lenguas oficiales, se puede exigir una prueba de idiomas.
En todos los casos puntúa haber prestado servicio como funcionario del CNP o en las Fuerzas Armadas, así como haber sido deportista de alto nivel en los últimos cinco años.
A priori, no hay un título reglado que permita o facilite el acceso al cuerpo de policía, sea este local, autonómico o a nivel nacional. Para ser policía, debes tener el título de Bachiller o equivalente, y para ser inspector, hace falta estar en posesión del título universitario oficial de Grado. En el último caso puedes ingresar por oposición libre o promoción interna. Si optas por la primera, deberás responder un cuestionario de cien preguntas, un ejercicio escrito y oral de inglés o francés, nivel intermedio-alto, y la resolución de un caso práctico que deberás defender ante un tribunal. La oposición concluye con el reconocimiento médico, la entrevista personal y los tests psicotécnicos.
Las convocatorias de los cuerpos de seguridad se suelen publicar anualmente. Si quieres presentarte, tienes dos opciones: preparar toda la oposición por tu cuenta o apuntarte a una academia especializada en formación de policías. El proceso de selección de candidatos al CNP, por ejemplo, cuenta con una prueba teórica, que puede incluir preguntas de cultura, idiomas y un test del temario, un examen psicotécnico y pruebas físicas. Estas incluyen carreras de resistencia y de velocidad, flexiones de brazos en suspensión, lanzamiento de balón medicinal, saltos de longitud y de altura, trepar por cuerda lisa y levantamiento de peso y natación. Las marcas varían para hombres y mujeres.
Por último, se realiza un reconocimiento médico, en el que se comprueba tu talla y se tiene en cuenta el cuadro de exclusiones médicas.