Cuando el año pasado la vuelta a las clases suponía reencontrarse, estrenar libros y lanzarse a la búsqueda de pisos como las principales preocupaciones de los estudiantes, todo está siendo muy distinto durante este nuevo curso. Tras abrir sus puertas la mayor parte de los centros educativos hace una semana, ya algunos han tenido que cerrar por brotes de coronavirus. El desconcierto entre alumnos, familiares y profesores es generalizado y el descontento más, si se les pregunta por las medidas que se están tomando.
Tanto es así que no se ha querido esperar muchas más semanas para que desde el sindicato de estudiantes hayan convocado 72 horas de huelga en toda España. Se quiere con esta reivindicación "denunciar alto y claro un inicio de curso que está siendo totalmente caótico y se pretende que los estudiantes puedan acceder a una educación digna y segura", tal como ha manifestado Alba Torres, secretaria general del Sindicato de Estudiantes.
Con la lectura del manifiesto frente al Ministerio de Educación se ha iniciado una huelga estudiantil en toda España que estará vigente del 16 al 18 de septiembre que incluye una concentración el día 17 a partir de las 12.00, de carácter simbólico por el miedo a la pandemia. Lo que desde el sindicato quieren exigir es un plan de rescate para la educación pública, ¿y en qué consiste exactamente su petición?
Cuando la curva de contagios en España sigue incrementándose (se han superado ya los 600.000 positivos y las 30.000 muertes), la vuelta a las clases se está llevando con un protocolo que apuesta tanto el Gobierno como las comunidades autónomas por el modelo semipresencial. Sin embargo, "volver a las clases online hace que los estudiantes con menos recursos sean expulsados del sistema educativo", tal como ha declarado Alba Torres sobre esta hipotética situación que cada vez empiezan a ver más cerca con la "inacción por parte del Gobierno y el avance de la pandemia".
La secretaria general ha dibujado un escenario en el que todo parece apuntar a un nuevo confinamiento porque las principales peticiones que se tenían para el inicio de curso no se han escuchado y tal como ha confirmado son más de 400 incidencias, de positivos las que se han dado en estos primeros días de regreso a las aulas.
"Hemos exigido unánimemente que se ponga un plan de rescate a la educación pública, que se bajen los ratios a 15 alumnos por aula, a que se contraten más de 165.000 profesores para garantizar una vuelta a las aulas presencial y segura. La respuesta a todo esto del Ministerio ha sido cero", ha declarado la secretaria general del Sindicato y es por ello que han optado por hacerse visibles con estos paros y concentraciones.
La pregunta que se hacen los estudiantes que secundan esta huelga es si ¿el Gobierno escuchará ahora a la comunidad educativa? La seguridad de la vuelta a las aulas a su juicio no está garantizada dado que en muchos colegios no se han rebajado los ratios de alumnado por clases ni tampoco se han contratado más profesores. "Solo se ha puesto atención a unos protocolos que son un insulto a la inteligencia de cualquier persona que se los lea", sentencia Alba a lo que añade que "no se está atendiendo a lo que les pedimos y solo nos dicen que nos tenemos que lavar las manos o que tenemos que abrir las ventanas de nuestro centro para ventilar. Sinceramente esto es una broma de mal gusto en un momento en el que nos jugamos mucho. ¿Qué más tiene que pasar?"
Y esa pregunta que lanzan al aire y para la que buscan respuesta, también desde el mismo sindicato la están respondiendo en relación a la vuelta a las aulas y a las elevadas cifras de los contagios: "Se van a multiplicar por diez, por veinte, por treinta los casos, esto va a crecer a una velocidad de vértigo y se va a suceder un cierre en cadena de nuestros centros de estudio que nos van a condenar de nuevo a las clases online", lo que más temen desde el sindicato.
En su reivindicación, además de la bajada de ratios de las aulas y de la contratación de profesores, demandan una inversión del 7% del PIB en la enseñanza pública para su rescate; que el Gobierno tiene que facilitar a los centros la provisión de mascarillas, guantes, geles desinfectantes… y todos los materiales sanitarios necesarios; se tiene que tratar de ofrecer igualdad a todos los estudiantes y convienen en que habría que hacer un reparto masivo de dispositivos digitales, así como cursos gratuitos para poner fin a la brecha digital. Y la última de sus peticiones pasaría por conseguir que el Gobierno garantice permisos retribuidos a padres y madres para asegurar la conciliación familiar.
Por su parte, los propios estudiantes ante esta situación y toda la información que se está manejando, tienen una sensación de "descontrol total" y de no estar enterándose bien de todo lo que está pasando. Las quejas que tienen se les acumulan en todos los ámbitos y en muchos aspectos no llegan a acuerdos porque no opinan de la misma manera y esta huelga estudiantil no la conocen bien para secundarla.
Es el caso de Lorena de 16 años que estos días ha escuchado hablar de las huelgas de tres días de estudiantes, pero sin llegar a entender cuál es el motivo real por el que se hacen: "Yo empiezo las clases la semana que viene y en estos días nos han informado de todo y parece que hay un cambio y buena intención para el curso. Con el tema de la huelga estoy un poco perdida porque con todo lo que hay, ya no sé ni bien por qué se reivindica. Me informaré de todas formas".
Lo mismo le sucede a Pilar, que al preguntarle por la huelga ella entiende que es la queja de los estudiantes universitarios de Medicina porque reivindican para su formación el hecho de poder hacer sus prácticas para la calidad de su aprendizaje. "Yo estoy super en contra de la huelga porque si están en juego las vidas de muchas personas y las prácticas no son seguras, es mejor no poner en riesgo a la gente. Tendrían que luchar por crear primero entornos seguros y, después recuperar las prácticas sin poner en riesgo a nadie".
La sensación que los estudiantes tienen es que esta vuelta a las clases tan distinta y con tantos frentes, les está descolocando. "Hay tanta información que no sé a cuál tengo que atender y me afecta", indica Alfonso de 15 años. La nueva normalidad y curso han comenzado irremediablemente cargados de novedades.