Pasada la convocatoria ordinaria de la EvAU, son muchos los que ahora se enfrentan a la convocatoria extraordinaria. Es normal que estas pruebas generen un buen número de dudas entre quienes se juegan algo tan importante como obtener la nota de corte necesaria para estudiar la carrera deseada. El día del examen, puedes encontrarte con algunos problemas que no has previsto, pero no te preocupes, porque todo tiene solución y la normativa de la Selectividad contempla casi todas las casuísticas posibles para que vayas tranquilx al examen
Hoy te hablamos de 7 problemas posibles y sus soluciones.
Es improbable que habiendo hincado codos durante semanas vayas a fallar con la puntualidad en el último momento, pero no sería la primera vez que ocurre algo parecido. Se te pegan las sábanas, tu perro se come los deberes o te surge algún contratiempo que te impide llegar al examen a la hora estipulada.
La regla que tienes que seguir es la siguiente. Tienes hasta media hora de margen para llegar tarde, aunque no te recomendamos que lo hagas. Llegar tarde trae consecuencias: no se retrasará la hora de fin de examen, que es la misma para todo el mundo, por lo que habrás perdido una parte del tiempo del que dispones para superar la prueba..
Podría darse el caso de que dos pruebas coincidieran en tiempo y espacio. No te preocupes, porque las harás de forma consecutiva, sin salir de la clase asignada y frente al mismo tribunal.
Las etiquetas se suelen repartir el primer día de las pruebas, y debe ser una de las cosas de las que estés más pendiente, también en la convocatoria extraordinaria. SI, por lo que sea, las has perdido u olvidado en tu casa, dirígete al tribunal del aula para comentar tu caso y que se pueda buscar una solución lo más rápidamente posible.
La buena noticia es que los exámenes son anónimos. Eres un código alfanumérico en una etiqueta, como tus compañerxs. En caso de que se te solicite rellenar alguna prueba con tu nombre y cometas un error, tendrás que dirigirte al tribunal para informarles del percance.
Te sorprenderían mucho los porcentajes de éxito de la EvAU. Al ser una prueba final de conocimientos y un rito de paso hacia la universidad, hay una correlación directa entre el número de estudiantes que se examina y los aprobados, que son la mayoría. Primero, porque los propios colegios preparan a sus estudiantes desde mucho antes para superar las pruebas.
Además, las comisiones que diseñan los exámenes ajustan la dificultad de las preguntas al currículum escolar y tienen muy en cuenta el conocimiento de los alumnos para encontrar un equilibrio entre dificultad y accesibilidad.
En el año 2017, uno de los más complicados de las pruebas, hubo un casi un 95% de aprobados. En años posteriores este porcentaje ha subido, llegando en algunos casos a un 97%, según explica La Vanguardia.
Incluso sacando un cero podrías compensar la nota con la de otras pruebas. Un rosco no es el fin del mundo. Ni te descalifica ni te impide compensar ese tropiezo dándolo todo en otro examen y recuperando parte del trecho perdido. La media aritmética es tu aliada.