Es tu última oportunidad para hacerte rico: en España quedan todavía 1.610 millones de euros en pesetas que nadie ha canjeado y a partir de 2020 no se podrán cambiar. El Banco de España es el único organismo en el que se puede hacer este cambio, aunque no todas las pesetas les valen.
Busca por tu casa: ¿Tienes billetes de peseta posteriores a 1939? Perfecto, puedes cambiarlos sin problemas. Si fueron emitidos entre 1936 y 1939 también se pueden canjear, aunque tendrán que pasar antes por los ojos y manos de los expertos del Banco de España. También les sirven las monedas conmemorativas, de colección o especiales que se emitieron durante décadas en España y se denominaron en pesetas.
El 1 de enero de 2002 las pesetas dejaron de ser la moneda oficial en curso en España, dando paso a la moneda única, el euro. Un cambio que encareció la vida y que hizo envejecer algunas expresiones tan patrias como ‘para ti la perra gorda’ o ‘no tener ni un duro’, aunque ellas sí sigan en curso.
En contra de lo que se pueda pensar, los millennials no fueron la última generación que compró chicles con monedas de peseta. Basta con fijarse en las fechas para ver que casi la mitad de la generación Z también jugó con estos billetes. A los nacidos entre 1994 y 2009, definidos por su ecosistema digital, por su precocidad y su irreverencia y por un futuro laboral incierto, es a quienes les correspondió el honor de decir adiós a la peseta. En Yasss te contamos un poco más sobre esta moneda.
Lo dicen desde la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT): el dinero nunca es solo dinero. Cada moneda “arrastró consigo un pequeño trozo de la historia: han sido testigos de excepción, medios de expresión y vehículos de ideologías”. En el caso de la peseta, hablamos de casi 140 años de historia de España. Ahí es nada.
Después de que Isabel II fuese derrocada, el Gobierno Provisional ordenó que la unidad monetaria de España fuese la peseta. Esta empezó a circular el 19 de octubre de 1868, y el mismo gobierno decidió que todas las monedas de España se produjesen desde entonces en Madrid, en lo que hoy es la FNMT. La elección del nombre, explican desde el centro, se eligió debido a su familiaridad de uso: parece que en Cataluña ya habían circulado pesetas antes de la Guerra de la Independencia, y a las monedas ya se las llamaba así con la reina Isabel II.
La primera moneda, acuñada en 1869, fue la unidad: era plateada y en el anverso llevaba escrito ‘Gobierno Provisional’ (en vez de España, que era lo habitual). Esta leyenda iba acompañada de la personificación de Hispania recostada sobre los Pirineos, una figura inspirada en la que el emperador Adriano incluía en sus propias monedas. En el reverso incluía el escudo de España.
Como puedes imaginar, a lo largo de su más de un siglo de vida el diseño cambió muchísimo. La Segunda República introdujo nuevos motivos, dependiendo del gobierno del momento, y con la dictadura franquista se introdujo el rostro del general. Su muerte sustituyó la cara de Franco en las monedas por la del rey Juan Carlos I, así como el escudo real, pero en 1990 se empezaron a introducir motivos culturales, artísticos o locales, como el año Xacobeo de 1993.
Tal y como los euros tienen monedas de diez céntimos, de un euro, de dos… las pesetas tenían distintos valores. En su última emisión había monedas de 1, 5, 10, 25, 50, 100, 200 y 500 pesetas, así como billetes de 1.000, 2.000, 5.000 y 10.000 pesetas.
España fue entrando en Europa poco a poco: en 1985 se firmó el acta de Adhesión a las Comunidades Europeas y el 1 de enero de 1986 España pasó a ser miembro de la Unión Europea. Unos años después, en 1991, en Maastricht, los Estados Miembros dejaron medio perfilado un calendario para implementar una nueva moneda común. En la cumbre de Madrid, en 1995, se confirmó su nacimiento y su denominación: el euro había sido bautizado. Ya no quedaba otra: el 1 de enero de 1999, los 11 países miembros de la UE entraron en un sistema económico común. El resto de la historia la conocemos todos.
Un día antes se habían fijado las equivalencias entre las monedas locales y el euro: en España, 166,386 pesetas. Las calculadoras se convirtieron en el mejor compañero con el que ir a la frutería durante los años que pasaron hasta que la implantación de la moneda fue definitiva, el 1 de enero de 2002. Lógicamente durante un tiempo, pero no para siempre, las pesetas se podrían cambiar por euros. La fecha topa ya la sabes: el 31 de diciembre de este año.