Tu infancia la asocias no solo a olores y algunos sitios concretos, sino también a aquellos juguetes que tenías siempre por todos los lados y que eran el objeto de ira de tu madre y de la misma cantinela para que los recogieras a todas horas. Reconócelo, te marcaron muy fuerte de niño y por eso te resististe a deshacerte de ellos. Con suerte, todavía los guardas en el trastero y, con más suerte aún, te haces rico porque lo que no sabes es que ahora toda esa nostalgia noventera vale muchos euros.
"¿Para qué vas a guardar todo un arsenal de tarjetas 'Magic' que ya no miras" o "¿por qué no tiras esos trolls que tienen ya el pelo compacto y descolorido de las veces que los metiste en remojo?" Esa es la voz de las madres, de la conciencia, que con todo su saber práctico han velado por ganar espacio a medida que crecíamos, pero que no sabían que guardar algunos de esos juguetes era una inversión segura a largo plazo.
Y, os preguntaréis, ¿por qué digo esto? Básicamente porque muchos de los coleccionables de los noventa que fueron un boom en su día, se han revalorizado con el tiempo y lo que en el pasado no valía demasiado, ahora vale mucho dinero. ¡Lo mejor de todo son los ejemplos!:
Corría el año 93 cuando la historia de un chico pobre acompañado de su mono nos pegó fuerte en el corazón. La vida de Aladdin, la rata callejera a la que un genio le concedió tres deseos y a partir de ahí su suerte cambió fue un taquillazo de Disney y eso se notó también en las ventas posteriores de los VHS. De esas primeras ediciones que se podían adquirir por un precio aproximado y convertido ahora a 15 euros (en torno a unas 2.495 pesetas), ahora hay coleccionistas que piden por una de estas cintas 'black diamond' hasta cerca de 1.000 euros.
Eso sí que es un auténtico diamante en bruto y no lo que tanto buscaba Jafar en la Cueva de las Maravillas...
Te parecerá increíble, pero el universo 'pocket' que existía dentro de una polvera de colores, ahora vale bastante más dinero. El juguete de moda de los noventa se podía comprar por 2.000 pesetas aproximadamente (unos 13 euros) y ahora hay coleccionistas que los solicitan por 300. Si además tienes la suerte de tener una hermana de casi tu misma edad y eso hacía que siempre hubiera el doble de ejemplares de Mattel en casa para evitar peleas, resulta que eres bastante rica y ahora te enteras.
Tenían cara de viejos (hay que reconocer que eran más bien feíllos) pero los Trolls lo petaron muy fuerte allá por los noventa. Y no es que sean exclusivos porque se han seguido haciendo, pero las piezas que tienen valor son las antiguas y las que seguramente cuanto más usadas más euros ahora nos den por por ellas.
No estamos hablando de cualquier muñeco de colección. Los Trolls con pelos de colores y una piedra en la barriga eran objeto de intercambio en los recreos. Hoy hay algunos de esa época que se han revalorizado hasta alcanzar los 40 euros con todo lo pequeños que eran. Un pequeño tesoro que igual no sabías que tenías y más si comparas que ahora seis Trolls modernos cuestan como unos 10 euros.
Te encaprichaste de él cuando se lo viste a tus amigos. Intentaste enseñarle algunas palabras y cuando te cansaste porque solo repetía las mismas, le encerraste a oscuras sin miramientos dentro de un armario. Eso era el ciclo sin fin de todo Furby en una casa.
Ellos tenían su propio idioma y por más que nos esforzábamos en enseñarles otra cosa, aquellos híbridos entre ratón, gato y murciélago decían lo que querían y escuchaban todo. De ahí que nos empezasen a dar un poco de mal rollo y les condenásemos a oscuras (muy importante) dentro de un armario.
Pues resulta que esos peludos amigos robóticos valen dinero y por los primeros que salieron se están pidiendo en la actualidad en algunas webs cerca de 500 euros. Eso sí que es salir del armario por la puerta grande.
Nuestra hucha sigue creciendo a base de juguetes que creíamos perdidos. Y de la fiebre Pokémon también podemos sacar partido y mucho money. Resulta que de esas tarjetas que nos comprábamos para intercambiar y que venían en paquetes, hay una que vale oro, pero esto es real. No creas que es la típica de Picachu. Es una mucho más rara y con otro protagonista. Si tienes la tarjeta Holo Charizard Pokémon se puede decir que te ha tocado la lotería porque su precio para coleccionistas puede alcanzar casi los 5.000 euros, ¡por una cartita!
¿Recuerdas a tu querido Tamagotchi? Seguro que sí por todas las veces que le dejaste pitando y pasaste de darle de comer o de darle su ración de disciplina. Hay que reconocer que ver el huevito hacía mucha ilusión, pero si luego la criatura mutaba en algo que no te gustaba le dejabas en el olvido y, con suerte salía el 'Pasivo Débil' que duraba poco y a empezar del principio.
El pequeño dispositivo japonés fue un gran entretenimiento y por si no lo sabías había una versión rara de ese huevito que cabía en la palma de la mano y que en la actualidad tiene un precio que comparado con el inicial resulta desorbitado. El denominado Devilgotchi valía en 1998 como 16 euros (2.662 pesetas) y ahora los coleccionistas pueden pagar por él más de 600 euros.
Los hay ahora en cualquier tienda, pero los adorables peluches de cahorritos de animales no son un invento de ahora, ¡ni mucho menos! En los años noventa eran un éxito. Tanto es así que además de encontrarlos en cualquier tienda, también los daban en los Happy Meals de McDonalds.
Si eres uno de los afortunados que guardas alguno de esos ejemplares, tienes un tesoro porque hay algunos que han disparado su precio. Tener una edición especial, te hará rico. No tengas miedo de desprenderte de tu mascotita en este caso porque en el mercado se han pagado por algunos de ellos hasta 10.000 euros, ¡valiente recuerdo!
Y no son los únicos juguetes del pasado que te pueden hacer ganar bastante dinero extra. Sería bueno que hagas una visita al trastero y a los altillos por si todavía conservas cartas Magic o el juego de Pokémon Nintendo Amarillo. En este caso el ¡hazte con todos! no es solo una frase. Viene muy bien para hacerte un poco más rico sin esfuerzo.