Me tocó pasar la cuarentena en marzo sola como a muchos otros. Fueron días de preguntas constantes, de incertidumbre y de desánimo. Reconozco que el confinamiento fue duro, pero hubo algo que me hizo escapar de todo eso: 'The Office'. Jamás hubiera podido imaginar que una serie surrealista de gente en una oficina lograse salvarme del encierro y eso es lo que exactamente me pasó. Así que no, no lo dijo ella, lo digo yo: "¡The Office' me salvó la vida en la cuarentena!".
Sí, esto es así aunque suene extraño pero ni las videollamadas, ni los conciertos en streaming consiguieron hacer tanto por mí como lo hizo Michael Scott al frente de su oficina de Dunder Mifflin de Scranton en Pensilvania. Porque cuando la realidad se hizo más dura y yo estaba indigesta de tanta información, caí en las redes de 'The Office' y, ¡vaya fantasía de ficción! La realidad tan disparatada de esta comedia estadounidense fue mi medicina, mi válvula de escape y me atrevo a decir que mi salvación.
Por ridículo que suene, necesitaba de algún modo 'volver a la oficina', salir de mi mesa de trabajo, de mi casa y encontrarme con más gente, con sus rutinas y problemas, sin que estos me cargasen demasiado. Y así fue como encontré a la familia (casi-perfecta) en el grupo de empleados y empleadas de esta empresa papelera que se estrenó en todo el mundo el 25 de marzo del 2005.
En ese elenco está su gran valor y donde la serie (en versión norteamericana porque el humor inglés es más difícil de pillar) triunfa por completo esta serie porque recrea todas las peculiaridades posibles (y también las inimaginables) que se pueden vivir en un ambiente de trabajo. De hecho, su homónima inglesa llegó primero, en 2001, pero siempre se ha tenido que conformar con el segundo puesto y con tener solo 2 temporadas y 14 episodios (¡la estadounidense cuenta con 9 temporadas y 188 episodios!).
Pero reconozco que para alcanzar ese grado de complicidad con esa peculiar plantilla, no hace falta que llegue una pandemia que arrase con todo, (antes de que apareciese el coronavirus en nuestras vidas, 'The Office' ya era oro puro) lo que pasa es que al ser una serie tan cotidiana, con su día a día, engancha más cuando todo eso se ha perdido de un plumazo.
Tal vez todo lo que tiene 'The Office' (que es mucho) se haya visto aumentado en un año en el que lo extraño se nos empieza a parecer como normal y en el que los mantras de mirar con optimismo al futuro no sirven de mucho cuando la mirada la tenemos puesta en lo que se podrá hacer o no, simplemente mañana.
¿Qué le pedimos a la vida entonces? Un poco de humor por lo menos para sobrellevar las cosas y, también ¿por qué no decirlo? Algo de histrionismo, comedia, exageración y drama y esa es justamente la receta de 'The Office'. Entender muy bien que la normalidad está totalmente sobrevalorada.
De esta manera asistimos como espectadores (y casi miembros de esa oficina) a un sinfín de reuniones absurdas, todo tipo de fiestas temáticas para cualquier momento u ocasión: véase por cumpleaños, bienvenidas, despedidas o cualquier acontecimiento susceptible en el calendario, a un montón de ideas locas que parten de su director (comienza desde el principio el enganche a Michael Scott, interpretado por Steve Carell) y a tratar todo tipo de temas que van desde el sexo, racismo, homosexualidad y amor entre compañeros en una oficina que está llena de nombres propios.
Sí, un puñado de personajes con sus rarezas, miedos y ambiciones que te atrapan irremediablemente si sabes entrar bien en su juego. Porque eso es lo que tiene esta familia, que comienzas con ellos a primera hora de la mañana su rutina y sales también por la puerta con sus problemas e idas de olla. Y, entre tanto surrealismo, hay algo que sí es muy real de la serie. Esta está grabada como si fuera un documental y te sientes partícipe de todos sus secretos y miradas cómplices con sus declaraciones a cámara. Sin quererlo y en pleno confinamiento yo estaba tan entretenida como en la vida de antes, aunque los salseos y polémicas los viera a través de 'The Office'.
Y, aunque muchas veces me revolviese en el sofá porque sí, hay situaciones que te llevan casi a taparte los ojos o a querer desaparecer por vergüenza, esta serie consigue por arte de magia sortear la franja de lo potencialmente hiriente para llevarlo a su terreno. En ella ves el mobbing laboral hacia Dwight Schrute (Rainn Wilson) como algo justificado por su actitud tirana hacia los compañeros y su deseo de escalar en la empresa a cualquier precio, pero aún así y con todo lo malo, logran que conectes con el personaje aportándole otras características buenas. Es el eterno juego de la balanza en el que se mueve 'The Office'.
También te hacen partícipe de su relación Jim (John Krasinski) y Pam (Jenna Fischer) con un tonteo que empieza de mesa a mesa en la oficina y que, ¡alerta spoiler! termina con una historia de amor que a mi parecer es de las más bonitas, contada en una serie. Pero estos no son los únicos, los guionistas dan oportunidad a que además de estos principales y su disparatado director, el resto de secundarios también brillen y tengan protagonismo en algún momento de la serie.
Por eso cuando algún día se hacía más cuesta arriba el encierro y las malas noticias aparecían por todos los lados, antes de irme a la cama me ponía mi remedio: otro capítulo más y aún así tenía bien de reserva, ¡en total son 188 episodios y 9 temporadas! Sí, ya sé que son muchos pero en mi particular maratón por buscar compañía los terminé todos y además lo hice justo cuando nos dejaron salir y terminó el confinamiento como si fuera una despedida simbólica.
Y diréis que si después de este atracón por 'The Office' he salido harta de oficina, a lo que os tengo que contestar a eso que no. Que de hecho, la he vuelto a retomar (no con tanta continuidad como antes) pero por lo menos para no llegar a echar demasiado de menos a sus personajes.
Tal vez esto haya sido fruto de la pandemia, de la necesidad de tener la cabeza en otra parte o simplemente se debe a la personalidad arrolladora de este universo creado por Greg Daniels, pero lo cierto es que después de quince años, 'The Office' se ha convertido en una de las series más buscadas durante la cuarenta, tal como ha apuntado JustWatch, una web que cataloga series y películas por servicios.
Muchos la han descubierto por primera vez durante estos meses en la plataforma de Amazon Prime y otros (entre los que me incluyo) le han sabido sacar ahora todo el partido que se merece. Eso sí, ni unos ni otros podíamos esperar que contar el día a día de unos peculiares empleados iba a ser en 2020 algo de lo más revolucionario. Pero nuevamente, ahí está la magia de lo impredecible y de lo que nos ha llevado a muchos la soledad del teletrabajo.
Con esto lo que quiero decir es que por más que la crisis del coronavirus nos haga vivir separados y a sentirnos desmotivados por la incertidumbre, el humor no se ha confinado y es bueno engancharse a series que nos lo recuerden.