Cada vez es más habitual que los artistas reconozcan la figura del productor musical en sus temas, gracias a eso, algunos han pasado a formar parte de la cultura mainstream, llegando a ser casi tan conocidos y admirados como las personas con las que trabajan.
Esto es lo que le ha sucedido a D3llano, que ha visto cómo su fama subía como la espuma tras colaborar codo con codo con artistas como Belén Aguilera, Hens o Samuray o Delgao, entre otros artistas nacionales.
Pablo Rodríguez de Llano es el nombre y el hombre que se encuentra tras D3llano, un joven que no dudó en dejar su Ávila natal para mudarse a Madrid en busca de un sueño. Allí cursó el Grado de Creación Musical en la Universidad Europea de Madrid, pero antes de terminarlo ya estaba haciéndose un hueco gracias a su talento.
Se podría decir que todo comenzó en 2017, cuando ganó el Vodafone yu Music Talent junto a Zazo and Gourmet y Vega Almohalla, que además de sumarle visibilidad, también daba la posibilidad de participar en festivales como el Arenal Sound o FIB. Su música también ha formado parte de la banda sonora de series de éxito como Élite o Toy boy. Desde entonces no ha parado de trabajar y de crecer.
No sorprende, porque sus sueños no son pequeños. “Soy muy exigente conmigo mismo, y una persona muy ambiciosa, por lo que los retos que tengo son igualmente ambiciosos. Me gustaría hacer algún (o varios) número uno en radios, algún boom internacional que quede ahí para muchos años. Me gustaría colaborar con artistas internacionales y ser el productor de algún álbum importante”, reveló durante una entrevista para Neo2. “También me gustaría seguir creciendo con los artistas con quienes trabajo actualmente y hacer algo grande con ellos. Creo que al final, todos los artistas queremos dejar huella y ser trascendentales o ser una inspiración para otros”.
Se congratula de ser un artista versátil, que sabe adaptarse a todo, “puedo trabajar una gran amplitud de estilos y géneros y disfrutar y aprender de todos ellos”. A la hora de crear su propia música, algo que también hace, parece tener ciertas preferencias, aunque no le resulta sencillo definirse. “No me etiqueto en ningún género y siento que no hago ningún género concreto, me gusta experimentar y hacer cosas muy diferentes, ser versátil y no acomodarme, pero si tuviera que mojarme diría que hago pop con tintes electrónicos”.
En 2020 presentó su primer trabajo, Mil noches sin dormir, que comenzó como su proyecto de fin de grado, pero que fue creciendo hasta convertirse en lo que es hoy día, un álbum que es también su carta de presentación. El principio de todo lo que estaba por llegar, porque él continúa creando música, ya sea personal o como productor para otros, una figura que durante mucho tiempo no tuvo la visibilidad actual en el mundo de la música.
“Dentro de la industria musical todos saben quién es el productor de los mayores hits, pero de cara al público mucha gente no sabe ni cuál es el papel de un productor en la música”, explicaba en el citado medio. “Creo que las plataformas de streaming han ayudado bastante a esta mediatización, ya que han facilitado la visibilización de los productores como un artista más”.