Los que tenemos ya una cierta edad (pero nos conservamos estupendamente, oye) recordamos a la perfección el anuncio de los años 90 que hoy hemos recuperado para Yasss. Se trata de una campaña del Pirulo Tropical de Miko que, entonces, fue todo un éxito para la marca de helados dominante.
En el spot, se ve a un niño en la playa chupando un sabroso helado de colores con forma de pirulo (obviamente). Entonces, llega una niñita por detrás y le pregunta de forma muy inocente si le deja probar el helado a ella también.
Como la campaña se basaba en el manido dicho: “Para chulo, chulo, mi pirulo”, el chaval, haciendo gala de su temprana masculinidad, muy alpha él, coge y le da un beso de tornillo en la boca en la niña para traspasarle el sabor del polo. Un beso dado sin permiso que hoy no sería el principal reclamo de ningún anuncio de la televisión, a no ser que lo hiciera Balenciaga, claro.
Pero el anuncio no termina ahí. Después de su triunfal beso no autorizado (al que la niña reacciona con grata sorpresa), una mujer adulta y despampanante se acerca al niño del helado. La mujer cumple con todos los cánones eróticos de los años 90 y que son, por otro lado, universales: es delgada, rubia, lleva flequillo y un bañador negro muy sexy y escotado.
Con los labios carnosos y una voz muy sugerente, que puede ser considerada hasta obscena para dirigirse a un crío de tan poca edad, ella también le pide probar el pirulo. Aquí, el garbo masculino que el chaval había mostrado anteriormente, se pierde por completo al verse envuelto en una situación sexual de ese calibre y el pirulo le empieza a temblar. Fin del anuncio.
Imaginemos por un momento que, en vez de una mujer adulta, es un hombre adulto el que se acerca a una niña en una playa y le pide que le deje probar su helado. ¿Da miedo, no? Pues, efectivamente, el anuncio manda unos mensajes muy equivocados que en aquella época, por la falta de conciencia y la arcaica educación que todavía imperaba en España, pasaron desapercibidos.