Twitter es un gran altavoz para denunciar injusticias cotidianas y lanzar reflexiones sobre los temas más variopintos. Eso es lo que ha hecho Cristina Durán, una joven valenciana que se ha quejado en esta red social de una situación que ha vivido al ir a montarse a un autobús en Valencia y que le ha hecho sentirse "discriminada". Lo que le ocurrió es que la persona que conducía el vehículo le impidió subir al mismo y no porque no hubiera pagado el billete o porque fuera acompañada por una mascota (algo prohibido por las reglas de la EMT, salvo excepciones justificadas), sino por el atuendo que llevaba.
"Me han prohibido acceder a un autobús de Valencia por ir escotada y poder ofender a los demás pasajeros", comenzaba explicando Cristina (@CristinaD20) en su tuit, para a continuación defenderse y confesar cómo se ha sentido: "No es un bikini, es un top y no voy enseñando nada. Me he sentido discriminada". También ha adjuntado una foto con el look y ha contado que le habían dejado montarse así en otros dos autobuses.
Que le hubieran dejado subirse a otros autobuses ese mismo día, llevando en la misma ropa y en la misma ciudad, ha hecho sospechar a Cristina de que su top no infringía ninguna regla de la normativa marcada por la EMT de la capital del Turia. "En otros 2 autobuses si que he podido acceder. ¿Normativa o discriminación?", le planteaba la joven a la empresa municipal de transportes.
El tuit de Cristina se ha hecho viral: ya acumula más de 4.000 'me gustas' y supera los 1.000 retuits. El mensaje plantea una pregunta directa a la EMT de la ciudad de Valencia, que ha recogido el guante y le ha contestado de manera pública, prometiendo una investigación al respecto tras la cual se tomarán "las medidas necesarias".
"Gracias por comentarnos. Por favor, si nos indicas más datos por DM podemos investigar mejor qué ha ocurrido para tomar las medidas necesarias [...] sentimos la mala experiencia", ha escrito la empresa en Twitter en respuesta a la joven. Una respuesta que no ha gustado a muchos tuiteros, que no creen que la queja de Cristina esté justificada.
Muchos tuiteros piensan que la joven no tiene razón en su queja, pues alegan que lleva "un sujetador" y que no ven con buenos ojos que alguien pueda subir a un autobús así: "¡El conductor ha actuado correctamente!". Además, algunos han asegurado que piensan que el look de Cristina es comparable al de un hombre en calzoncillos y muchos han buscado en distintas tiendas prendas similares a la que llevaba la chica para sustentar la idea de que no es un top.
Pero también ha habido mucha gente que ha salido en defensa de la joven y que se han puesto de su lado, afirmando que les parece que el conductor ha tenido "una actitud deplorable". "He estado sentada al lado de personas maleducadas a más no poder y no les han dicho nada en ningún momento, ¡eso sí que es una ofensa y no un top!", expresaba una valenciana, usuaria del transporte público en dicha ciudad. Otra joven se ha solidarizado con Cristina desde Argentina, diciéndole que a ella nunca le había ocurrido nada igual y que sentía lo sucedido: "Me parece horrendo lo que pasaste".
En el debate que se ha originado en Twitter, muchos han echado mano del reglamento de la EMT de Valencia, donde se recogen los derechos y deberes de los usuarios del transporte público. La mayor parte de los usuarios que se han puesto de lado del conductor han citado el punto 8 del artículo 15 de esta normativa, donde se habla de los deberes de las personas usuarias. Este punto asegura el derecho de admisión para asegurar el "respeto al resto del pasaje y el personal de EMT, cumpliendo cuantas órdenes e instrucciones de dicho personal reciba para el mejor desarrollo del servicio".
En el reglamento de la EMT de Valencia, que fue aprobado en 2019, no hay ningún artículo que recoja el código de vestimenta apropiado o prohibido para poder acceder a cualquiera de los vehículos del servicio de transporte público de la capital de la Comunidad Valenciana.
El único artículo al que pueden acogerse los conductores para impedir el acceso al autobús de alguien que no vaya vestido acorde a lo que ellos estimen oportuno es el punto 8 del artículo 15, aquel que han citado los tuiteros y que queda resumido también en la web de la EMT: "No se permite viajar en situación que atente contra el respeto al resto de clientes". Un punto que es comparable al derecho de admisión de los locales.
La historia de Cristina ha generado un gran revuelo en Twitter, con opiniones a favor y en contra de su postura, pero no es la única historia que tiene una prenda de ropa como protagonista y que abre un debate en las redes sociales. Mikel Gómez, un joven bilbaíno, le recriminaron acudir con una falda al instituto, algo que hizo porque "le apetecía". El adolescente contó lo que le había ocurrido en TikTok y se creó el movimiento #Todosconfalda en redes, con el que cientos de adolescentes etiquetaron fotos yendo a sus centros escolares luciendo esta prenda como apoyo a Mikel.