Todo el que se haya mareado en un barco, coche o avión sabe lo desagradable que es esa situación: el estómago baila, como en una coreografía rápida, la cabeza da vueltas como la atracción de las tacitas y tu garganta se pasa dos horas en un amago constante de vomitar. Si te ha ocurrido en alguna ocasión, piensa lo mal que lo pasa tu perro cada vez que se monta en la tapicería de tu coche. A veces, observarás temblores o vómitos en tu mascota, pero en otras ocasiones puede ser más sutil y tan solo babear.
La falta de costumbre, que haya comido antes de salir o que no esté tranquilo son tan solo algunos de los motivos que pueden provocarle esta reacción al subir al automóvil. Intenta ofrecerle un viaje relajado, llena el coche con sus cosas favoritas y evita que coma nada en las dos o tres horas previas al viaje.
Pero, ¡ojo! Si lo que te preocupa no es el mareo de tu perro en el coche, sino que babea mucho en determinadas situaciones, atiende a sus síntomas y sigue leyendo: en Yasss te contamos los motivos y las posibles soluciones para su problema, una anomalía que puede ser el signo de que tu mascota sufre un problema de salud.
Que tu perro babee mucho antes de comer, por ejemplo, es normal. El problema es cuando desarrolla esta conducta sin razón aparente o en momentos en los que está nervioso: es entonces cuando pueden convertirse en el síntoma de un problema canino de salud.
Uno de los más habituales, especialmente en perros con mandíbulas fuertes y bocas caídas (como el dogo o el gran danés), es el ptialismo. Así es como se llama al exceso de salivación a raíz de un estímulo; en cualquier caso, lo mejor es pedir cita con un veterinario para que pueda revisar el estado de salud de nuestra mascota y ponerle el tratamiento más adecuado, en caso de necesitarlo.
Los perros son muy curiosos: se meten entre callejuelas, escarban en la tierra, interactúan con otros animales… y, de vez en cuando, salen heridos de sus aventuras. Golpes en la cabeza, picaduras de bichos… lo raro no es que salgan dañados de sus aventuras, sino que empiecen a babear o llorar después del incidente. Además, si el insecto que les ha picado es venenoso, quizás estén sufriendo una intoxicación; lo mejor es llevarle al veterinario y descartar cualquier problema.
El olor a comida, las náuseas o incluso el uso de determinados medicamentos pueden provocar la salivación en tu perro, pero solo un profesional podrá examinarle y contarte qué está provocando esa reacción en tu perro. Seguro que, con el tratamiento adecuado, pronto podréis volver a vuestra vida normal.