Hay personas que han conocido a las que luego han pasado a ser sus mascotas de maneras de lo más extraordinarias. Es es, por ejemplo, el caso de un cartero turco jubilado y un cisne blanco, una historia que sin ninguna duda podría ser el argumento de un cuento o una película para ver en familia.
Este cartero turco, Recep Mirzan, y su cisne, Garip, llevan ya casi 40 años viviendo cientos de aventuras y compartiendo momentos juntos; su amistad no entiende de especies. A pesar de sus diferencias, el cisne y su dueño se hacen una compañía excepcional y se entienden de maravilla.
Esta bonita amistad comenzó en 1984 cuando Recep Mirzan vio por primera vez al cisne, que en aquel momento se encontraba herido en mitad del campo en la provincia de Edirne en Turquía. Mirzan, a quien le encantan los animales, vio que el ave parecía tener un ala rota. Fue entonces cuando el hombre paró el coche, se bajó de él y cogió al animal para intentar curarlo.
Mirzan no pudo evitar socorrer al cisne cuando vio que estaba herido: "Como amo a los animales, me dije a mí mismo que debería llevarlo a casa en lugar de dejarlo como presa de los zorros", comentó el hombre en una entrevista para The Associated Press News.
Desde ese momento nunca han vuelto a separarse: "Nos acostumbramos el uno al otro. Nunca nos separamos", asegura Mirzan que ha encontrado en el cisne un amigo muy fiel que lleva ya 37 años a su lado.
Recep tiene una granja en la región de Karaagac, en la frontera con Grecia, entonces tener al cisne consigo mientras se curase no le supuso ningún problema; sino todo lo contrario. El animal pudo sanarse y crecer en un entorno muy acogedor para él, rodeado de todo tipo de animales. Es más, cuando ya se había curado podría haberse ido de allí, pero no lo hizo, decidió quedarse.
El cisne se llama Garip, en castellano significaría algo así como 'extraña' y lleva junto a Recep 37 años; lo que quiere decir que ha superado con creces la esperanza de vida de los de su especie. Los cisnes cantores suelen vivir de 14 a 26 años en cautividad, y muy pocos (este es el caso de Garip) pueden llegar a superar los 30 años de edad.
"Antes era más vigorosa, pero ahora ha envejecido. Si ella muere, le haré una linda tumba aquí, pero espero que vivamos más juntos", Recep es consciente de que esto es algo que puede pasar en cualquier momento por la edad que tiene ya el animal; pero puede estar seguro de que en su vida ha sido muy feliz.
Ambos se han hecho mucha compañía durante 37 años y lo seguirán haciendo hasta el final de sus vidas.
Nadie está preparado para decir "adiós" a su mascota, pero, al igual que las personas, para ellas también pasan los años y cuando llega el momento de despedirse de ellas lo pasamos verdaderamente mal. Es por eso que hemos hablado con la psicóloga Marina Pinilla para pedirle que nos de algunos consejos para aceptar esta pérdida de la mejor manera posible:
Es normal que necesites llorar, gritar o que lo pases fatal durante un tiempo porque la eches de menos, pero con estos consejos de nuestra psicóloga pretendemos que este momento sea lo menos traumático posible.