Septiembre es el mes de la vuelta al cole y la vuelta a la universidad en muchos casos va acompañada de la mudanza a un nuevo piso. Encontrar un lugar donde pasar el curso escolar es uno de los grandes dramas de los estudiantes universitarios, ya que en ocasiones les ponen muchas trabas, incluso por tener un origen distinto en pleno 2021.
En este sentido, tristemente, son muchas las personas que han denunciado a través de sus redes sociales los problemas que han tenido con los caseros o inmobiliarias a la hora de firmar el contrato. Las últimas en contarlo han sido Oumaima y Hajar, dos chicas jóvenes de 23 años que llevan alrededor de tres meses buscando piso en Granada y que han sufrido discriminación tras pasarle sus datos a la casera antes de firmar el piso: ella les preguntó si sus padres eran españoles y les dijo que al menos uno de ellos tenía que ser español de origen.
Ambas están estudiando en la universidad, la primera Trabajo Social y la segunda Economía, va a empezar el curso y les urgía encontrar un piso donde entrar a vivir lo antes posible, ya que ninguna es de allí: Oumaima nació en Cantabria y Hajar en Jaén. Llevan ya cuatro años viviendo en Granada, no es la primera vez que tienen que buscar piso, ya han alquilado varios y es por eso que tampoco es la primera vez que se enfrentan a una situación como la que ha contado Oumaima a través de un hilo de Twitter que se ha vuelto viral:
En Yasss hemos hablado con ella y nos ha contado qué fue exactamente lo que ocurrió con la que podría haber sido su casera: "El viernes fuimos a ver el piso a eso de las 19:00 horas y le dijimos a la casera que sí, que nos quedábamos con él porque nos urgía. Llevábamos tres meses buscando y nadie nos aceptaba. incluso una inmobiliaria nos dijo que no por el mero hecho de ser 'moras', como ellos llaman a la gente de origen magrebí. Así que el viernes le dijimos que nos quedábamos con el piso, entonces nos dijo y nos pidió nuestros DNIs'".
Oumaima no se lo quiso enviar esa tarde porque "ya sabía lo que se venía": "El sábado me habló por la mañana y me dijo: 'Pásame los DNIs para firmar el contrato hoy sábado'. Entonces ya habíamos quedado ese día a las 17:00 horas para firmar el contrato y nosotras ya nos habíamos hecho a la idea de que íbamos a hacer una mudanza. Y fue ahí cuando le pasé nuestros DNIs y me dijo que necesitaba a alguien de origen español".
Inmediatamente, las estudiantes la llamaron por teléfono "porque nos urgía cambiarnos de piso, y en la llamada no nos dejaba ni hablar, dio a entender que nuestros padres no tenían dinero. Nos acusó de ser, básicamente, pobres". Oumaima ha asegurado que todo se resolvió "de muy mala manera". "Teníamos el piso ya superasegurado, es que justo por la mañana mi amiga y yo íbamos a ingresar la fianza, gracias a dios que ni se la ingresamos".
Por desgracia, esta no es la primera vez que Oumaima y Hajar tienen problemas a la hora de buscar piso: "En 2019 nos pasó que teníamos ya un piso mirado y nuestra compañera nos dijo que no podía compartir piso con nosotras porque teníamos otras costumbres y otra cultura y que no quería compartir piso con personas de otra cultura".
Por tanto, esto es algo que "no afecta solamente a los caseros, muchas compañeras nos han dicho que no por ser de origen marroquí, ya estamos muy acostumbradas a este tipo de comportamientos". Además de este rechazo, este año también una inmobiliaria les dijo que no le podían alquilar ningún piso por ser "moras".
Con este racismo tienen que convivir Oumaima y Hajar en su día a día: "Muchas veces voy con mi amiga hablando marroquí por la calle y la gente nos mira mal o, por ejemplo, entramos a una tienda y notas como la dependienta te está siguiendo más de la cuenta y cosas así que ya nos hemos acostumbrado. Desde que somos pequeñas hemos vivido mucho racismo, solo que lo intentas tapar", nos cuenta Oumaima.
"Nosotros no somos inmigrantes de tercera ni de cuarta generación, somos españoles, lo que pasa que no nos llamamos Julia López, nos llamamos Oumaima o Hajar y tenemos un apellido marroquí. Y si esto nos pasa a nosotras que hemos nacido aquí, no me quiero ni imaginar a la gente que esté en situación irregular en España o que han venido hace pocos años", denuncia la joven.
Las jóvenes han recibido mucho apoyo en Twitter y una de las peticiones que habían escrito en esta red social era si alguien les podía echar una mano porque desconocían "los pasos legales que hay que hacer". Pues bien, ha sido una asociación de Granada, APDHA Granada, la que les ha brindado su apoyo.
Con esta denuncia ellas no buscan "ninguna indemnización, buscamos que se dé visibilidad a esto porque desgraciadamente esto no solo nos pasa a nosotras. Tengo una compañera a la que también le ha pasado, le ha costado un mes encontrar piso y nos pasa a todos".
Con este gesto quieren hacer frente a todas aquellas personas o inmobiliarias que "no quieren alquilar a inquilinos de origen magrebí, ya que nadie hace nada. Entonces con pequeños granos de arena tenemos que intentar cambiar esta sociedad y sobre todo que haya leyes que nos amparen", concluye Oumaima.