Nueva York es una ciudad soñada para los amantes de los viajes, el cine, los negocios y los menús XXL. Es el centro neurálgico del capitalismo y, por eso, Manhattan recibe una media de 50 millones de turistas al año, tanto extranjeros como de otros estados americanos. Sin embargo, tanto turistas, como trabajadores extranjeros y residentes están notando la subida de precios que sufren la mayoría de las ciudades de Occidente desde que Putin comenzó su guerra contra Ucrania.
Si, en España, hemos sufrido el aumento del precio de algunos alimentos esenciales en nuestra dieta, como el aceite (una botella de aceite de oliva supera ya, fácilmente, los 9 euros), en Estados Unidos la cosa no está mejor. Un usuario de X ha publicado un tuit para mostrar su indignación por lo que le han cobrado en una cafetería de la Gran Manzana, que sólo constaba de un croissant (bastante pequeño) y un café con leche. Lo básico.
Se trata de Jose Ángel Abad, periodista y corresponsal televisivo afincado en Nueva York y Washington, cuyo tuit decía lo siguiente: "La locura de los precios en Nueva York: se ha convertido en algo normal pagar, en la mayoría de lugares, más de 10 dólares -al cambio, 10 euros- por un café con leche y un croissant. Eso no incluye la propina y a veces, como hoy, no hay ni mesa ni un baño donde poder lavarse las manos".
En los comentarios, un usuario le ha informado de que en otros países, como Bali, uno puede darse un "masaje, pagar una comida, 3 horas de limpieza en casa y taxi al aeropuerto"; y otros, han secundado la queja del periodista, recordando que en NY una simple cerveza cuesta 6 dólares y que el impuesto turístico es "abusivo". ¿Entonces, como se cumplen los deseos en la ciudad de los sueños?...