Una de las partes favoritas de ir de vacaciones para muchas personas y hacerlo hospedándose en un hotel es la de tener buffet libre por las mañanas y poder desayunar todo lo que te apetezca, desde unos huevos revueltos hasta unos cruasanes rellenos de chocolate.
Es realmente un planazo el poder desayunar todo lo que te apetezca y, a veces, esta experiencia puede ser todavía más divertida si escuchas las conversaciones del resto de huéspedes que, como tú, se encuentran alojados en ese hotel.
Pues bien, eso fue lo que le pasó a un chico, que escuchó una conversación en el buffet de su hotel y se quedó tan sorprendido por lo que estaba oyendo que decidió compartirlo en su perfil de Twitter, donde días más tarde se ha vuelto muy, pero que muy viral.
Y es que son muchas las personas que se han topado con este tuit en sus timelines y han dejado todo tipo de comentarios de estupefacción al respecto.
La conversación se produjo entre una huésped y uno de los camareros del hotel. Fue ella la que la inició diciendo: "Este pan está durísimo, ¿eh?", a lo que él respondió: "Ese pan es de decoración, señora". "Lo acabo de escuchar durante el desayuno en el buffet libre del hotel", asegura un usuario en Twitter.
Es más, ha explicado que, por la reacción del camarero, no parece que fuese la primera vez que vive algo así: "El tono del camarero era como de estar cansado de haberlo explicado mil veces. Siendo él, hubiese dejado que se lo llevara para que mordiese el pan de corcho o plástico o lo que sea ese material".
Ahora, han sido muchas las personas que han reaccionado a esta historia en Twitter, pero es que algunas de ellas han empatizado con la señora: "No la culpo, en el buffet libre se pierde el raciocinio", "yo ya llevaría tres Dónuts de plástico y un vaso de agua fresca con microplásticos para cuando la señora comentar" o "esa señora podría ser yo".
Lo cierto es que hay objetos decorativos que son muy realistas, pero... ¿tanto cómo para llegar a intentar comértelos? Pues parece ser que sí y que la historia de esta señora habría sido incluso más interesante si, en vez de preguntarle al camarero, hubiese intentado partir el pan y meterlo en la tostadora; pero eso no llegó a ocurrir.