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Una joven española va a una boda en Estados Unidos y alucina: "Duran tres días"
Aurora es española y ha ido a una boda en Estados Unidos muy diferente a las que está acostumbrada
La joven ha enumerado algunas de las cosas que más le han llamado la atención del enlace
En el momento del baile nadie bebió alcohol, sino que sacaron café
Aurora Guijarro es una joven española que ha ido, por primera vez, a una boda en Estados Unidos y han sido muchas las cosas de este evento que le han llamado la atención. Con las bodas ocurre como con muchas otras celebraciones, que los españoles tenemos muy claro cómo se celebran en nuestro país y podemos cometer el error de pensar que en cualquier otro lugar serán iguales, pero no.
Han sido muchas las cosas de la boda en Estados Unidos las que le han llamado la atención y la primera de ellas es que duran nada más y nada menos que tres días. En España, sin embargo, estas se celebran en uno solo, aunque poco a poco va calando más el concepto de la preboda, similar al que Aurora explica en su vídeo refiriéndose a ello como el día anterior al enlace.
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"El día antes de la boda fue una cena para que todos nos conociéramos, el segundo día fue la boda y al día siguiente de la boda se hizo un brunch", por tanto, la celebración se alargó mucho más de lo que se suele alargar en España.
Diferencias entre las bodas españolas y las estadounidenses
No obstante, lo de que duren tres días no es todo, también ha señalado que le ha llamado mucho la atención que "la ceremonia es completamente diferente a las ceremonias de las bodas de aquí de España, los novios fueron casados por un miembro de la familia, mi novió cantó, luego un familiar del novio leyó un párrafo de un libro sobre el amor, ellos dos se dijeron los votos, súper bonito, y nada, ya eran marido y mujer".
Otra cosa que también sorprendió a Aurora es "el tema de la comida": "A nosotros nos sirvieron una ensalada como entrante y cuando terminamos, por mesas, fuimos a otra sala donde había bandejas con comida a que nos sirvieran ahí lo que queríamos. Y todo el mundo estaba ahí diciendo: 'Wow, la comida está genial, no sé qué', y yo en plan: 'Bueno..."; en España se come mejor. Además, cuando terminamos de cenar no es que los novios tuvieran una tarta y la cortaran... No, pusieron en una mesa diferentes tipos de pie y nada, la gente se servía del tipo que quería y ya está".
Las diferencias las encontró incluso hasta en la fiesta, que nada tuvo que ver con las que ella había vivido en las bodas españolas: "Se terminó a las 22:30 horas y bueno, tema alcohol, solo se bebió en el cóctel, durante la cena, y cuando ya era el baile, la tarta y todo eso nadie bebió alcohol; es más, sacaron café", concluye la joven.
