Cuando dejas tu país para comenzar una nueva vida lejos de él puedes vivir miles de experiencias increíbles, pero también puede ser que no lo sean tanto y precisamente una terrible experiencia viviendo en el extranjero ha sido lo que ha querido compartir un joven español, Nacho Barrueco, a través de su perfil de TikTok.
Él se mudó en septiembre del año pasado, 2022, a Dublín sin tener ni idea de qué sería lo que viviría en esa ciudad. Ahora, ha sido él quien lo ah contado en su perfil de TikTok, ya que hace ya unos meses que no vive en la casa donde pasó tantísimo miedo.
"Estuve cuatro meses viviendo con un psicópata en Dublín", ha empezado diciendo el joven en el primero de los vídeos donde cuenta si historia: "Llegué a Dublín en septiembre del año pasado con una amiga para vivir la experiencia y nada, en un principio vinimos sin alojamiento, teníamos dos semanas reservado un Airbnb y luego lo que surgiese; pero justo el día antes de llegar nos respondió un tío un mensaje".
Hablaron con este hombre y al final consiguieron vivir en su casa, que era una mansión enorme, aunque su habitación era mucho más pequeña y tuvieron que dormir en una litera y pagaban 800 euros cada uno.
Cuando llegaron, su recibimiento fue de lo más normal, el hombre los invitó a cenar y todo parecía ir bien hasta que se dieron cuenta de que la casa estaba vacía y "no había ningún rastro de que nadie viviera ahí", por si esto fuera poco, el hombre no les dejaba encender las luces y, por tanto "toda la casa estaba a oscuras": "Nosotros veíamos que su mirada de repente cuando nos hablaba como que se perdía y no era bizco, es decir, como que nos miraba, pero miraba para otro lado".
No obstante, eso no era todo, también "se reía a destiempo y estaba bebiendo alcohol todo el rato". Ese fue su primer encuentro y Nacho y su amiga se fueron a dormir muertos de miedo, con la preocupación de que el hombre entrara en la habitación y les hiciese algo.
Al día siguiente, el casero "desapareció", los llamó para decirle que se había ido de viaje de trabajo: "Y empezamos a descubrir cosas un poco turbias. Él nos dijo que tenía un hijo de 17 años y otro de 15 y un hermano, que no tenía absolutamente nadie más en el mundo. Nos dio un poco de pena". Pues sabiendo esto, vieron un ticket de la compra en el que ponía que "había gastado un montón de dinero en pañales, en papillas y en cosas de bebés".
También una de sus cuentas de Netflix se llamaba "baby" y en ella veía cosas de niños como Pocoyó. "Durante el primer mes hacía esto habitualmente, se iba de viaje y volvía uno o dos días, yo creo que para saber cómo iba todo".
La chica con la que Nacho se había mudado a esa casa se encontraba muy incómoda, así que ella se mudó a otra muy cerca y él siguió viviendo allí con dos chicos de Huelva que se mudaron para que ella pudiera irse.
Aprovechando que el casero estaba de viaje y sabiendo que él había entrado en sus habitaciones, decidieron descubrir esta parte de la mansión a la que nunca habían pasado: su habitación. "Estaban todos los cajones vacíos, menos el último que me dio por abrirlo y encontramos lo siguiente: encontramos un montón de juguetes antiguos de este palo, encontramos baberos, pañales...".
Pues bien, en su investigación, se cargaron el pomo de uno de los cajones y cuando fueron al día siguiente a arreglarlo, el cajón estaba vacío. No saben quién fue la persona que entró para llevarse todas esas cosas de bebé, ya que su casero seguía de viaje y uno de los compañeros de piso pasó todo el día en la casa y no vio a nadie.
A final de año, tuvieron que dejar la casa, esta tenía que quedarse vacía, y el 22 de diciembre Nacho quedó con el casero para que le devolviese su fianza y, como no se fiaba nada de él, fue un día antes a la casa para asegurarse de que le devolviese el dinero y subió a la plata de arriba al escuchar en ruidos allí.
"Empecé a escuchar a este señor llorar como un bebé, estaba la puerta entreabierta, decidí asomarme un poco y vi a este tío gateando, vestido de bebé, jugando con juguetes", mientras que su hermano mayor hacía de niñero.
Nacho, tras ver a su casero actuar como un bebé, decidió coger su fianza de un cajón de su despacho y salir corriendo. Pasó las vacaciones de Navidad en España y cuando volvió a Dublín pasó por la casa, donde vio a un hombre mayor en la cocina y tocó al timbre para hablar con él.
"Le expliqué a este señor que yo había estado cuatro meses viviendo ahí y me dijo que era imposible, que esa casa había estado medio año cerrada, que era de su hijo, que habían estado viviendo en Australia. Le enseñé el DNI del tío, que lo tenía en el móvil, y me dijo que no lo conocían de nada". Más tarde, Nacho descubrió que ese DNI era falso.