Una camarera española en Irlanda, indignada con la insistente petición de sus jefes: "Mi trabajo no es hablar"

Son muchos los jóvenes españoles que deciden pasar una temporada de sus vidas viviendo y trabajando en el extranjero y esto ha sido lo que ha hecho Laia, una joven que vive en Irlanda y allí trabaja como camarera, una experiencia que no está siendo del todo positiva por las últimas peticiones que le han hecho sus jefes.

Es más, ha sido ella misma quien ha contado esta historia a través de un par de vídeos que ha subido a su perfil de Instagram, los cuales acumulan ya más de 40.000 reproducciones y muchísimos comentarios de personas que no entienden su queja.

Laia trabaja como camarera y, aunque cada vez se siente más a gusto en el país, va entendiendo mejor el idioma y se va adaptando; sus jefes le han hecho una petición en su puesto de trabajo con la que ella no está para nada de acuerdo; incluso le llega a incomodar bastante: "Tengo ahora un dilema que a ver si alguien lo puede llegar a entender", ha comenzado diciendo.

Laia no está de acuerdo con su "nueva función"

"Mi trabajo consiste en servir mesas, limpiarlas, cobrarlas, atender a los clientes... Básicamente, te hago hasta los baños", empieza diciendo Laia que es muy consciente de cuáles son sus funciones como camarera. Sin embargo, hasta en dos ocasiones, sus jefes le han pedido que dé conversación a los hombres que se sientan en la barra.

"En la barra pues siempre están los típicos señores mayores bebiendo su cerveza", ha explicado Laia a quien uno de los primeros días de trabajo su jefa le dijo que tenía "que intentar hablar con los clientes de la barra, con los viejos estos"; pero ella no le hizo ningún caso "porque no tengo nada que hablar con ellos".

Ahora, se lo ha vuelto a decir su jefe, algo que no le ha hecho ni pizca de gracia: "Yo pensando, ¿tú me tienes que decir a mí con quién tengo que hablar? ¿Qué tengo que estar yo aquí hablando con estos señores? No me da la gana", dice sin ningún tipo de tapujos.

Como no le hizo ni caso, su jefa se lo ha vuelto a repetir y Laia ha descrito cómo son esos hombres que están en la barra: "La gente que está en la barra: un señor tal que así, el otro así. Esos son los clientes con los que tengo que hablar, tengo que hablar con señores de 200 años desdentados, que no entiendo lo que me dicen, es que no me sale de los huevos", concluye.