Este año, en España, una trabajadora del campo conocida como @carmelitaflow se hizo viral por invitar a Irene Montero a pasar un día en su jornada laboral. Más allá de la crítica a la Ministra de Igualdad, su cuenta de TikTok es un auténtico reflejo de la labor de los y las agricultoras de la provincia de Huelva y, en concreto, de los encargados de recoger frutos de hueso duro, como el melocotón y la nectarina. El Campo - con mayúsculas- es una dura zona de trabajo que da muchas penas y satisfacciones y que ha sido ingratamente defenestrado con el paso de los años.
Sin embargo, existe una juventud que aflora y retoma el contacto con el mundo rural de sus padres y abuelos y que, ahora, en una regresión al pasado y en plena era digital, lo muestra en sus redes sociales. Es el caso de Carlos Diaz, un chavalito de 17 años que se lo pasa en grande viviendo y trabajando en la antigua granja de su abuelo en las afueras de la capital de Colombia, Bogotá.
Hasta que estalló la pandemia del coronavirus en el año 2020, Carlos vivía en un piso con sus padres, como la mayoría de chicos de su edad. Pero, el distanciamiento social y la necesidad de aire libre que provocó el covid en el ciudadano medio, hizo que su padre tomara la decisión de volver a la antigua granja que tenía su familia fuera de la ciudad. Allí, el adolescente descubrió su gran entusiasmo por el trabajo rural y descubrió todo lo que la naturaleza podría ofrecerle.
Carlos tuvo que aprender a mantener la granja y, con casi 21 millones de seguidores, podemos decir que ha sido un alumno aventajado que ha superado a su mentor. Su hermano se dio cuenta de que podía generar mucho contenido digital con todo lo aprendido y así ha sido. Carlos creó el proyecto 'La granja del borrego' - borrego por su estilo de cabello - y, con sus vídeos, muestra y demuestra lo fácil que es fabricar un fertilizante con un hongo de naranja o una trampa de insectos con miel. Fácil, práctico y muy interesante.