Como predica la frase "para el amor no hay barreras", en esta ocasión "no hay barrotes". La historia de amor incondicional entre Laura O'Sullivan y Terrell Ravon Reese, dos personas que nunca se han visto, ha dado al vuelta al mundo ya que no tiene límites de circunstancias (él está preso), ni de distancia. Él se encuentra en Estados unidos y ella en Inglaterra. Y pese a todos los obstáculos que existen entre ellos, la pareja ha decidido dar el "sí quiero".
Se conocieron a través de una aplicación penitenciaria de las cárceles norteamericanas que permite a que los presos conozcan gente a través de correspondencia. Es así como el joven de 31 años, condenado por asesinato de doble grado, conoció a esta madre de cuatro hijos por carta y a través de conversaciones diarias de 15 minutos.
Hoy, ocho meses después, han decidido casarse contra todo pronóstico ya que nunca se han visto en persona y los separan 5.729 kilómetros. Actualmente, Laura se encuentra a la espera de la visa para poder ir a conocerlo y casarse con él en el Centro Correccional Ernest Brooks de Michigan, donde no podrán caminar hacia el "altar" vestidos de fiesta y las condiciones no son las más optimas para la celebración y un banquete.
"Físicamente, mirando las fotos, lo primero que noté fueron sus hermosos ojos y sus hermosas pestañas oscuras y sus tatuajes", expresó la inglesa en una entrevista cuando le preguntaron qué le gustaba de él, tras confesar que tiene sábanas con la cara del hombre impresas. Además, consciente de que a los 18 años fue encarcelado por haber estado al lado de un compañero que asesinó a un joven en un atraco planificado, la mujer justifica que era "joven y estúpido" y que estaba con la compañía equivocada en el momento incorrecto. Además confesó que fue conquistada por su honestidad al haberle contado los hechos con detalle.
Debido a la condena que el hombre recibió a los 18 años, aún le quedan muchos años detrás de las rejas pero la joven se ha tatuado el nombre de su prometido para "llevarlo en la piel".
Pese a que se les tiene permitido hablar solo 15 minutos diarios, ese tiempo ha sido suficiente para enamorarse. En una entrevista, la mujer detalló que dentro de los gestos que ha tenido su prometido con ella es haberle escrito poesía y que además tienen sexo telefónico, sin importarle si la gente de alrededor les escucha.