El pasado lunes conocimos la noticia de que la vacuna de Pfizer y Biontech podría lograr una efectividad del 90% y, por lo tanto, ¡salvar el mundo! No exactamente, pero eso es lo que sentimos la mayoría cuando recibimos la noticia: ¡que la ciencia nos había salvado! Y que podíamos volver a tener esperanza en el 2021, después de un año en el que nos hemos visto obligados a aprender a manejar la incertidumbre, la frustración y la cancelación de planes después de una pandemia que nos ha tenido a todos encerrados en casa, primero, y con un montón de medidas preventivas en las calles y lugares públicos más tarde.
Quizás para elevarnos un poco los ánimos o quizás porque realmente ya estamos ante el principio del fin de la pandemia de coronavirus, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anunció ayer que a principios del próximo año la vacuna de la farmacéutica estadounidense Pfizer llegaría a España y comenzarían las vacunaciones.
España espera recibir 20.000.000 de dosis, que servirán para vacunar a diez millones de personas, ya que, para que la vacuna sea efectiva y convierta a una persona en inmune, se necesitarían dos dosis. Vamos, que no va a haber vacuna para todos, en un primer momento. Esto obliga a crear un plan para decidir quién se vacunará primero.
Y tiene mucho sentido que los primeros en ser vacunados sean los mayores de 65 años, que han sufrido con más fuerza la covid, y los sanitarios, que trabajan mano a mano con los enfermos de covid y llegaron a contraer la enfermedad mientras hacían su trabajo.
A pesar de que los jóvenes, en principio, son el grupo de edad, junto con los niños, que menos sufren los efectos de la covid, durante la segunda ola de coronavirus en España el porcentaje de jóvenes contagiados se ha triplicado. En Cataluña, por ejemplo, la franja de edad de 20 a 29 años es la que tiene más infecciones por coronavirus, según informaba La Vanguardia el pasado mes de octubre.
Sin embargo, se ha tomado la decisión, aludiendo no a la tasa de contagios sino al porcentaje de enfermos que acaban en UCI o mueren, que los jóvenes serán el grupo poblacional último en la cola de futuras vacunaciones.
Hace apenas un mes ya se hablaba de que los jóvenes tendrían que esperar hasta 2022 para ser vacunados de la COVID-19, ya que las primeras partidas producidas deberían ir destinadas a los sectores más afectados. La científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, aseguró entonces que "una persona joven y saludable tendrá que esperar hasta 2022 para ser vacunada”, y aprovechó para advertir a la población que el hecho de contar con una vacuna no supone volver a la normalidad.
Ahora que ya sabemos, tras las palabras del ministro de Sanidad, que habrá vacuna para inicios del 2021, cuál es el plan para la vacunación de la población española: se comenzará con mayores de 65 años y sanitarios. A continuación, personas que están en riesgo por su estado de salud, trabajadores esenciales fuera del sector sanitario, como son las Fuerzas de Seguridad de Estado o los transportistas y personas que trabajan con grupos vulnerables. Según se vayan obteniendo más dosis se irá vacunando a otros grupos, dejando a los jóvenes para el final.