En 2020 hemos sido testigos de varios acontecimientos de estos que creíamos que nunca iban a ocurrir en la realidad. ¿Una pandemia que nos obligue a encerrarnos en casa? En una película tendría sentido, pero en la vida real era impensable. Lo peor de todo es que la pandemia no ha sido lo más fuerte que hemos visto este año. Lo fuerte han sido las consecuencias del confinamiento y las vías de escape del estrés al que hemos sido sometidos durante varios meses.
Si las primeras imágenes de la pandemia del coronavirus en España nos impactaron (hospitales llenos, calles vacías, cientos de ataúdes), las concentraciones en Madrid y otras ciudades de España de negacionistas que querían alzar su mensaje de que el virus no existe y todo lo que hemos vivido formaba parte de la plandemia directamente nos volaron la cabeza. ¿Cómo podía alguien negar la existencia del SARS-CoV-2 después de todo lo que habíamos pasado?
El vídeo viral del joven inglés Chris Grailey, de 29 años de edad, es un ejemplo estupendo para comprender, por un lado, que el virus sí existe y la enfermedad es real, y, por otro, la actitud de algunos jóvenes frente a la pandemia.
Este británico se había declarado públicamente como negacionista de la pandemia: "Fui el primero en decir que el coronavirus era todo mentira y ahora tan sólo puedo respirar con ayuda de una mascarilla de oxígeno", dice Grailey en el vídeo que compartió en su cuenta de Facebook. El joven viajó durante sus vacaciones a Tenerife y cree que se contagió en este viaje: "Lo cogí en Tenerife pensando que era invencible, sin llevar una mascarilla. Pagué el precio. No tengo ningún problema de salud subyacente. No quiero que nadie cometa los mismos errores que yo", cuenta Chris mientras habla con mucha dificultad debido a la enfermedad, en el vídeo que fue compartido por Manchester Evening News.
"Perdí el gusto, el olfato, tuve sudores fríos. Ahora estoy en cuidados intensivos, esperando recibir más tratamiento, y sin saber si saldré. Así que realmente quiero que tenga en cuenta este mensaje porque le puede pasar a cualquiera, por favor, cuídense". Chris envía este mensaje, sobre todo, para los jóvenes como él que creían que a ellos no les tocaría esta enfermedad.
Aunque es cierto que hay más probabilidad de empeoramiento o fallecimiento una vez contraído el virus SARS-CoV-2 entre personas de edad avanzada, esto no significa que los jóvenes sean "invencibles", como creía Chris Grailey. El pasado mes de agosto, cuando comenzaba a crecer la segunda ola de contagios en España, las estadísticas demostraron que el 70% de los contagiados tenían entre 21 y 51 años. La oficina regional europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió a finales de agosto sobre el incremento de contagios en la población joven, que se había triplicado a nivel mundial desde el inicio de la pandemia.
En Estados Unidos acaba de publicarse un artículo sobre la investigación llevada a cabo desde el Hospital Brigham and Women's estudiando las trayectorias clínicas de 3.222 pacientes hospitalizados con covid-19 de 18 a 34 años. Los resultados concluyeron que más de una quinta parte de los pacientes (21%) requería cuidados intensivos, el 10% requería ventilación mecánica y el 2,7% murió. Es decir, y por simplificar el mensaje: los jóvenes también mueren por el coronavirus.
En España, el número de contagios entre la población joven se ha disparado en las últimas semanas y todo apunta a las fiestas universitarias. Si hace dos semanas conocíamos el foco surgido en la fiesta de una residencia de estudiantes en Valencia que ocasionó más de 100 contagios, esta misma nos enterábamos del descontrol en Granada, donde el pasado sábado se registraron 90 multas por consumir alcohol en vía pública y celebrar fiestas no autorizadas en una ciudad con una incidencia acumulada de más de 500 casos por 100.000 habitantes.