En Lourdes María Ciccone León, la hija predilecta de Madonna, no hay casi nada de su madre porque ella así lo ha querido. El parecido físico ni está ni se le espera. En cuanto a la fortuna, la cachorra de la diva del pop no siente el más mínimo interés en abrevar de la alargada sombra de su progenitora ni en utilizar esos favores heredados (presencia mediática, fortuna y apellido) para escalar la pirámide del ascensor social.
Si por algo ha destacado esta 'it girl' y modelo estadounidense es por haber elegido al milímetro sus proyectos desde niña, hasta el punto de pasar desapercibida bajo el radar de los medios durante años para que no le recordaran ese “eres hija de”, tan socorrido para envenenar una carrera en cuestión de segundos: lo que tu linaje te da, también te lo quita. León lo sabe de sobra.
¿Quién es realmente la hija de Madonna? Te damos algunos datos.
León, la primogénita de la larga prole de la cantante e hija del preparador físico cubano Carlos León, ha dejado claro desde que puso un pie en el complicado mundo de la industria de la moda estadounidense que no necesita ayuda para reivindicar su propio espacio y atraer el interés de las marcas o valedoras tan importantes como Stella McCartney, que ha contado con ella para varias campañas. “Es independiente, inspiradora y un espíritu libre y joven. A pesar de haber nacido bajo los focos, siempre se ha mantenido con los pies en la tierra”. Hablan bien de ella, y parece que con razón.
A la joven celebrity le escuece que le recuerden sus orígenes emplumados y mullidos. “La gente piensa que soy una niña rica sin talento a quien se lo han dado todo. Pero no lo soy”, llegó a decir en una ocasión. No es cuestión de poner en duda las palabras de esta it girl, extremadamente celosa de su vida privada en redes, pero algún que otro episodio en su vida nos recuerda que, cuando hay medios y dinero, al más puro estilo bíblico, las palabras de tu madre son capaces de abrir las aguas del Mar Rojo y el camino resulta un poco más fácil.
Baste un ejemplo: con apenas 14 años, Madonna le ‘regaló’ la dirección creativa de Material Girl, una línea de moda para adolescentes que le procuró unos cuantos ceros en la cuenta bancaria. El sudor de tu frente no es igual si la piel apenas te transpira bajo una blusa de 10.000 dólares. A pesar de este regalito envenenado, que solo sirvió para poner de manifiesto el almohadón de plumas materno con el que inauguraba su estreno en el mundo de los negocios, la firma hizo buenos números y probó sobradamente que el olfato creativo de la hija de la diva del pop tenía razón de ser, y futuro.
En una búsqueda consciente de su propio lugar en el mundo, y quizá harta del favoritismo que mostraba su madre con ella, llevándola cual complemento a las pasarelas de moda, galas y ribetes, León pasó años desaparecida de la esfera pública y sin tocar un solo dólar de la fortuna familiar, costeándose sus estudios en la Universidad de Michigan y una vida semianónima en el barrio de Bushwick. Lejos de los focos y un pesado linaje (el de su madre y su obsesión por mimarla y condicionar sus pasos), parece que pudo por fin revindicar su propio nombre sin que la acusaran de ser la hija consentida de una estrella del pop más-grande-que-la-vida.
Hasta la fecha, su trayectoria como modelo pasa por colaboraciones con decenas de marcas; entre ellas, nombres tan importantes como Burberry, Marc Jacobs o Stella McCartney. A lo largo de su carrera, León también ha hecho sus pinitos como coreógrafa, diseñadora y un largo punteo de actividades relacionadas con sus intereses artísticos, además de deslumbrar con su presencia constante en las semanas de la moda de medio planeta.
Al igual que su progenitora, la joven ha destacado entre otras cosas por ser activista antitrump y reivindicar distintas causas sociales mientras hacía crecer su propio nombre y se paseaba por las pasarelas reclamando la naturalidad del cuerpo femenino y exhibiendo sin complejos sus axilas pobladas de vello. Un ramalazo de inteligencia creativa y un instinto innato para el diseño la han hecho merecedora de un lugar privilegiado en el panteón de la jet set estadounidense.
Si a estas alturas esperabas una historia llena de terremotos sentimentales y romances tortuosos, tenemos malas noticias para ti. La hija hipertalentosa de Madonna, que ha procurado activamente alejarse en lo posible de la sombra de su madre, comparte proyecto de vida y corazón con el fotógrafo y skater Jonathan Puglia.
Es probable que en asuntos de salseo, lo más reseñable (y jugoso) haya sido su relación con el centénico Timotheé Chalamet, de quien fue novia temprana cuando estudiaban juntos en la escuela de interpretación de La Guardia, o al menos eso se deduce de las magras declaraciones que cada uno han ofrecido a los periodistas cuando les han preguntado sobre su historia. De hecho, Lola afirma que fue su primer amor, o su casi crush, o, bueno, como sea que los dos tórtolos decidieran definir lo suyo. “Respeto mucho a Timothée Chalamet. Fuimos 'como' pareja. Mi primer novio... o quizá nada”. Qué entusiasmo, Lola, quién hubiera dicho que compartisteis saliva.