Un profesor francés ha sido vetado y no podrá enseñar a niños menores de seis años porque los pequeños pueden encontrarlo "aterrador", ya que su piel está llena de tatuajes y tiene varias modificaciones corporales.
Sylvain Helaine, de 35 años, lleva doce como maestro sustituto en el departamento de Essone, al sur de París, informa el Daily Star. Debido a su apariencia física, ha sido apodado como el 'maestro más aterrador del mundo'. Toda su cara está tatuada, incluso la lengua o los globos oculares.
A pesar de estar orgulloso de su apariencia extraña, a Sylvain le dijeron que ya no podía trabajar con niños en edad preescolar después de que uno de sus alumnos, de tres años, sufriera una pesadilla debido a su apariencia. "Se quejó a sus padres y ellos escribieron una carta a la dirección del colegio diciendo que yo era un hombre radicalizado", se lamenta.
Sylvain solo puede ahora educar a niños mayores de seis años, pero cree que a los más pequeños les viene bien ser educados por alguien con su apariencia. "Los niños aprenden conmigo a tolerar a los demás. Cuando sean adultos, es menos probable que sean racistas u homófobos, y no mirarán a las personas discapacitadas como si fueran monos de circo", asegura.
El maestro, que cree haber pasado 460 horas bajo la aguja para hacerse sus imponentes tatuajes y que se ha gastado más de 60.000 dólares en este arte, se fue a Suiza para tatuarse hasta los ojos. Esta práctica, conocida como tinta escleral, es extremadamente peligrosa y puede causar problemas de salud a largo plazo. Si la aguja no queda exactamente en el sitio correcto, la tinta puede inyectarse en el interior del ojo, sobre la retina o en el tejido circundante de ojo. Cualquiera de estos errores puede tener consecuencias aterradoras por largo tiempo, incluyendo la pérdida de visión y dolor constante. "Es como una tortura. No se lo recomendaría a nadie porque es doloroso, no puedes ver nada durante un par de días después", asegura el propio Sylvain.
El tatuaje de la lengua también fue muy laborioso. Las inyecciones de tinta la hincharon tres veces su volumen normal y el escozor le duró largos meses. No podía hablar y le dolía abrir la boca. Fue un suplicio que dio por bien empleado, pese al riesgo de que la agresiva intervención degenere en un cáncer.
Además de maestro, el hombre también tiene una cuenta de Instagram con más de 91.000 seguidores. A través de esta red social comparte fotos de su cuerpo completamente tatuado.