A pesar de que la Iglesia Católica solo es una institución religiosa sin poder para legislar o gobernar sobre la vida de nadie, la religión siempre ha contado con el respaldo de muchos sectores y gobiernos que han facilitado que lo que diga un cura "vaya a misa". Históricamente, la Iglesia ha tenido una postura muy clara sobre las personas LGTBI, la de condena en un primer momento que ha ido dando paso, en los últimos años, a la aceptación de la diversidad sexual como un trastorno no pecaminoso en sí mismo mientras se puedan contener las tentaciones. Por este motivo, las últimas declaraciones del Papa Francisco sobre las uniones homosexuales han sorprendido tanto.
En el siglo XVI, el Papa Pío V condenaba a los homosexuales señalándolos de "sodomitas" y haciéndoles responsables de los males del mundo. Pero no es necesario irse tan atrás en el tiempo. Durante los años de la dictadura franquista en España, los homosexuales fueron perseguidos y penados con la privación de la libertad o el destierro gracias a la Ley de Vagos y Maleantes y Peligrosidad Social, con el respaldo de un catolicismo extremo que era la única opción religiosa que defendía el régimen.
Por suerte, nuestra sociedad ha evolucionado enormemente, y cada vez la religión católica está menos ligada al Estado, aunque sigue manteniendo algunos privilegios. Sin embargo, aquellas personas que siguen las doctrinas de ese extremismo religioso ligado a los valores franquistas siguen defendiendo ideas tan contrarias a igualdad como la prohibición del aborto o la negación de los derechos fundamentales a las personas LGTBI.
En el documental 'Francesco', estrenado el pasado miércoles en el Festival de Cine de Roma, el actual Papa declaraba: "Los homosexuales tienen derecho a estar en una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Lo que tenemos que hacer es crear una ley de uniones civiles. Así están cubiertos legalmente. Yo apoyé eso". Estas palabras han dado la vuelta al mundo, al tratarse de la primera vez que un Papa, máximo representante de la Iglesia Católica, apoya públicamente la unión civil de personas homosexuales.
Ante tal acontecimiento, desde Yasss hemos querido preguntarle a varios jóvenes LGTBI qué opinan de estas declaraciones del Papa Francisco. Esto es lo que nos han contado.
Marina, 28 años años: "Las declaraciones del Papa llegan a otros mundos donde los activistas LGTBI no llegamos"
"Lo que el Papa opine acerca de los homosexuales no me afecta como individuo ya suficientemente empoderado y con un entorno inmediato favorable, pero se puede hacer una reflexión sobre sus declaraciones: al final no es algo que tenga que importarme y/o afectarme a mí, pero sí que va a afectar positivamente a otros mundos a los que yo como activista LGTBI y lesbiana no soy capaz de llegar, porque mi discurso genera justamente el impacto contrario. El Papa se está dirigiendo a un sector conservador y beato y que muchas veces nos ve como pecadores, y con su afirmación sobre la familia homosexual quizá consigue que muchas personas tengan que replantearse su postura y hacerse ellos mismos, también, una autocrítica. Creo que es positivo para muchas personas homosexuales con circunstancias vitales quizá más difíciles, por estar tan cercanas o ligadas al cristianismo, ya sea por contexto social, familiar o de cualquier otro tipo, al igual que para aquellos que les toca reeducarse en valores, aunque sea un poco, porque al final quitarse un prejuicio siempre viene bien".
Alex, 26 años: "La Iglesia llega tarde y mal"
"Las declaraciones del Papa tienen un doble rasero. Por un lado apoya las uniones civiles para garantizar algunos derechos y recalca que las personas LGBTIQ+ tienen derecho a una familia lo cual es positivo sobre todo para los católicos LGBTIQ+, que haberlos haylos. El problema es que no reconoce el matrimonio para personas LGBTIQ+ y eso lo que hace es crear una categoría distinta, ya los está haciendo como mínimo ciudadanos de segunda cuando las personas LGBTIQ+ deben tener exactamente los mismos derechos que las personas heterosexuales y cisgénero. Personalmente lo que diga el Papa no me afecta ya que formo parte de una religión donde todas las personas son aceptadas y bienvenidas y a diferencia de lo que Francisco dijo una vez se acepta la orientación sexual y los actos que implica mientras todo se ejerza desde la libre voluntad y sin dañar a nadie. La Iglesia, como siempre, llega tarde y mal".
Elena, 29 años: "Estoy expectante por ver los argumentos de los creyentes que son homófobos"
"Pues estoy expectante por ver los nuevos argumentos que van a dar a partir de ahora todas las personas creyentes que son homófobas en contra de la unión de dos personas del mismo sexo. La mayoría se basan en la Iglesia y en el cristianismo para "justificar" su homofobia encubierta y con la nueva declaración del Papa "apoyándonos" tendrán que inventar algo aún más ridículo para seguir discriminando"
Javi, 24 años: "Me alegro por las personas LGTBI cristianas"
"Yo, como maricón, me alegro de esto, porque seguramente haya personas LGTBI cristianas que necesiten esa aceptación de la Iglesia. A mí, desde luego, estas palabras del Papa se me quedan cortísimas, porque lo que no se puede hacer es perseguir algo durante siglos y, de repente, de un día para otro, decir en un documental que tú aceptas eso cuando hace diez años tú también lo condenabas. Además, echo de menos un perdón, tiene que haber un reconocimiento al daño que han causado. Y creo que también deberían hacer mucha pedagogía, porque dentro de la Iglesia hay mucha homofobia, no vale solo con decir unas palabras, también hay que educar a los creyentes en que la homosexualidad no está mal y ya no se puede ir en contra de eso".
Amanda, 29 años: "Es importante que el Papa haya dicho eso"
"Pues a mí la opinión del Papa no me iba a influir a la hora de tomar mis decisiones. Como persona bisexual podría casarme tanto con un hombre como con una mujer. Las ideas que siempre ha tenido la iglesia católica no me iban a influir lo más mínimo en eso. Pero creo que es importante que lo haya dicho. Que el cabeza de la iglesia se muestre más abierto y tolerante puede hacer que muchos miembros de la iglesia sigan sus pasos y hacer una sociedad aunque sea un poco menos LGBTIfóbica"