¿Sabías que los animales no pueden entrar en los templos sagrados como las iglesias? Esto se debe a que, según se recoge en la Biblia, el hombre está por encima del resto de seres vivos de la creación. Es decir, a ojos Dios, los animales están por debajo de los hombres y no pueden ser tratados del mismo modo.
Sin embargo, desde que se escribió el Antiguo Testamento hasta la actualidad, las ideas cristianas han evolucionado mucho. De hecho, la Iglesia Católica tiene un santo patrón de los animales: San Francisco de Asís.
Está claro que los cristianos son educados para respetar a todos los animales, pero no todos están de acuerdo con la presencia de animales en las iglesias. ¿Por qué? Porque los seres humanos somos conscientes de que cuando pisamos una iglesia entramos en un territorio especial dedicado a Dios, pero los animales no. Los animales no son conscientes de "lo sagrado", por eso no deberían estar en las iglesias.
Esto también está cambiando actualmente. De hecho, el mismísimo Papa Francisco declaró en 2014 que los animales también tienen alma y van al cielo. Las escrituras y los mensajes de los jefes de la Iglesia son los mismos para todos, pero cada uno lo interpreta a su manera. Como el padre João Paulo Araujo Gomes, que cada domingo lleva a misa en su parroquia de Sant’Ana Gravatá en Brasil perros abandonados para que tengan la oportunidad de encontrar una familia porque está totalmente convencido de que los cristianos también deben ayudar a los animales y que el templo de Dios es para todas sus criaturas.
Cada domingo, este cura abre las puertas de su iglesia no solo a sus fieles humanos, sino también a los perros callejeros que viven en los alrededores de su templo. Además, los invita a formar parte de la misa para que los asistentes puedan verlos de otra manera y quizás encariñarse con ellos para poder llevárselos a sus casas y convertirlos en un miembro más de sus familias.
"[Los perros] serán siempre bienvenidos a entrar, dormir, comer, beber, y encontrar un lugar de protección en esta casa de Dios, porque ellos también son de Dios", escribía el Padre João Paulo en su página de Facebook, donde compartió también las imágenes de este artículo. Gracias a las acciones de este cura, muchos animales han encontrado un hogar permanente en la ciudad de Gravatá. ¡Él mismo adoptó a tres de ellos!