Horas y horas se pasaba Arnau jugando a los videojuegos. El confinamiento, una situación totalmente excepcional ha hecho que los niños estuviesen más tiempo frente a la consola con respecto a otras actividades que antes hacían fuera. Eso es lo que le ha pasado a este niño de 8 años, aunque por fortuna ha sabido ver que se estaba enganchando a lo de estar delante de una pantalla y lo ha solucionado de una forma muy original.
Arnau ha sido capaz de darse cuenta de que sus padres tenían que intervenir porque estaba a todas horas con el Fortnite. Sin andarse por las ramas y sin dulcificar de ninguna forma a lo que estaba llegando (si ha jugado mucho a videojuegos, se dice y no pasa nada) este niño catalán ha escrito una carta muy sincera, tal como se puede ver en el vídeo que encabeza el artículo, donde ha pedido ayuda a sus padres y que le prohíban expresamente seguir jugando.
Su madre ha sido la que ha compartido vía Twitter el escrito y, aunque ella tiene su cuenta privada, se ha hecho viral el contenido público por la madurez y sinceridad con la que Arnau ha enfrentado este problema que es muy común en los niños y más ahora después de la cuarentena (no vamos a sorprendernos después de conocer al niño de 11 años que se gastó 600 euros en juegos de consola durante el confinamiento sin que sus padres lo supieran).
Según él mismo expresa en su nota, lo que merece es que le prohíban utilizar los dispositivos electrónicos, aunque "mi cerebro dice que necesito jugar a videojuegos". No les indica a sus padres que utilicen sutilezas o que le dejen solo unas horas concretas al día. No, Arnau va más allá y si se ha excedido durante varios meses al Fortnite, prefiere cortar de raíz lo de las partidas online: "Echo de menos aquel tiempo en el que iba a clase para tener tiempo para todo, cuando yo mismo no era el de ahora".
Tanto es así que sus palabras han emocionado a su madre. "Es doloroso leer esto", ha escrito, pero si su hijo ha adoptado esta postura tan madura ha creído que podría ser de gran ayuda para otros niños y padres que conociesen el mensaje. Algo que ha sido muy bien visto y los usuarios de Twitter no han tardado en dar una respuesta:
Arnau es una gran deportista, tal como dice su madre y también es muy aficionado a la música y, seguramente será en estos dos hobbies y en recuperar el contacto social lo que mejor le venga para dejar ahora a un lado los videojuegos.
Y es que no ha sido nada fácil esto y parece que no será tan raro que bajo la nueva normalidad también convivamos con algunos efectos del confinamiento forzoso. El encierro se ha alargado durante mucho tiempo y esa tensa espera por salir a la calle, llegó a convertirse para los niños en una necesidad física y emocional. Muchos se las han arreglado con los videojuegos, ¿cómo gastar tanto tiempo libre? Pues pasando horas delante del ordenador, la tableta, el móvil para evitar el aburrimiento. Sin embargo, ahora llega el momento de socializar en persona y de medir las consecuencias.
Por miedo a que pasase justamente esto, la propia industria de los videojuegos junto con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegó a lanzar en redes sociales la campaña #PlayApartTogether, para mostrar que el periodo del confinamiento podía ser también divertido más allá de los videojuegos.