Cuando comenzó la pandemia del coronavirus mucha gente decidió mudarse de las grandes ciudades e irse a vivir a los pueblos, ya que en estos hay menos gente y por ello en situaciones como esta suelen ser más seguros. Además, con el estado de alarma, la mayoría de los trabajos presenciales se suspendieron y el teletrabajo se convirtió en la norma, lo cual facilitó sin ninguna duda que la gente pudiera mudarse a otro lugar, aunque solo fuese durante un tiempo.
Pues bien, lo que hizo este joven empresario de 32 años se parece un poco a esto, pero no es exactamente así. Brent Underwood había comprado en 2018, junto a otro amigo, un pueblo abandonado en California, Estados Unidos. Así que, en abril, decidió mudarse allí porque, ¿Qué mejor que una ciudad fantasma para huir de una pandemia?
Este pueblo se llama Cerro Gordo, está en California y lleva más de 100 años abandonado. En él todavía se pueden encontrar 22 edificios, incluida una iglesia y un hotel. Fue fundado en 1865 y llegó a ser el pueblo minero más grande de California, pero cuando el mineral comenzó a escasear, el lugar fue abandonado. Llevaba más de 100 años sin gente, hasta que llegó Underwood. "Vine aquí a mediados de marzo para actuar como cuidador. Pensé que estaría unas pocas semanas y han pasado más de seis meses. Durante ese tiempo aquí hubo algunas tormentas de nieve, un incendio devastador, terremotos, una inundación que arrasó la carretera y mucho más", relató el empresario en Reddit.
El hombre vive en completa soledad desde que hace seis meses se mudara a Cerro Gordo, así que dispone de todo su tiempo para dedicárselo a sí mismo. Vive sin alcantarillado y apenas conectado con el resto del mundo, pero no se arrepiente. Es más, según él mismo ha dicho si no mira el móvil o su ordenador, es como si no hubiese pasado nada. En su pueblo fantasma el coronavirus no existe.
El empresario ha pasado los meses que lleva allí restaurando el pueblo poco a poco; además de explorar las profundas minas que se extienden por todo el territorio. Esta tarea le está suponiendo un gran esfuerzo, ya que la tienda más cercana para comprar herramientas y materiales está a tres horas de distancia, y para llegar hasta ella tiene que circular por carreteras bastante abandonadas y peligrosas.
Tampoco se lo ha puesto nada fácil el tiempo, ya que nada más llegar, vivió una de las peores tormentas de nieve que han caído en la zona, lo cual imposibilitó que se fuese del pueblo aunque hubiese querido hacerlo. No obstante, gracias a la nieve consiguió tener agua para beber y se alimenta de comida enlatada y arroz.
No todo fueron desgracias en su llegada, ya que, por suerte, los dueños anteriores se habían dejado ropa de abrigo y algo de comida en las despensas de la única casa habitable, que es donde vive él actualmente. Ahora, ha conseguido restaurar el suministro de agua, que dejó de funcionar hace 15 años.
Tras vivir 6 meses en la zona se encuentra mucho más relajado, por lo que dedica tres o cuatro horas cada día a explorar los 50 kilómetros de pozos mineros. "Encuentro todo tipo de cosas del pasado, y realmente me gusta", describió. A su vez, relató que guarda todo lo que encuentra en un "museo" que está equipando con "cajas de dinamita, ropa vieja y relojes de bolsillo".
Estar solo durante meses en un pueblo abandonado da bastante miedo. Además, ahora que se acerca Halloween las historias de fantasmas están más presentes que nunca, pues bien, Underwood cree haberse encontrado con algunos de ellos.
Cuenta la leyenda que los espíritus de los antiguos mineros todavía permanecen en el pueblo, es más, el empresario bromeó en una entrevista al diario 'New York Post' diciendo: "Si dejo tranquilos a los fantasmas, ellos me dejan tranquilo a mí".
Es más, según dos especialistas comentaron en el programa estadounidense 'Ghost Adventures', podría estar 'compartiendo' la habitación donde duerme con dos niños, que fallecieron allá por 1800 atropellados por un camión. Y no solo los niños, porque el propio empresario ha confirmado que en el pueblo no dejan de pasar cosas extrañas, como que la luz que se enciende y se apaga sola en una casa, o que en una ocasión su cartera desapareció para luego aparecer como por arte de magia en la otra punta del pueblo, por donde él no había pasado.
El empresario no ha perdido la oportunidad de contar todas sus aventuras y descubrimientos a través de sus redes sociales. Así que, a pesar de su mala conexión a internet. El joven utiliza TikTok, Instagram y Youtube para mostrar todo lo que está viviendo.
No obstante, sin ninguna duda, TikTok es la red social donde tiene más éxito, ya que en ella le siguen más de 1.600.000 personas. Ahora, además, Brent ha lanzado una campaña de crowdfunding, que se quemó por un problema eléctrico y otros edificios dañados por el incendio, que está teniendo bastante éxito.
Por ahora, viendo la cantidad de trabajo que todavía le queda por hacer para reconstruir el pueblo y lo mucho que está disfrutando de esta aventura, Underwood no tiene planes de volver a la civilización en un futuro cercano.