Desde el 14 de marzo nuestra vida se limita a estar dentro de casa. Cumplimos con la cuarentena que nos marca el estado de alarma. La situación así lo exige por la descontrolada expansión del coronavirus. Todo cuidado ya es poco para no seguir incrementando las cifras. Lo más importante es no pisar la calle o solo para lo estrictamente necesario y no bajar la guardia con otras medidas que ya teníamos controladas.
Esto va por las prevenciones higiénicas. Estar de cuarentena y en nuestra casa a salvo de una exposición directa con el virus (salvo que haya dentro algún contagiado) no quiere decir que dejemos de hacer todo lo bueno que habíamos aprendido y que resulta vital para combatir al coronavirus. Acaso, ¿pensábais que por no salir a la calle no sería tan necesario lavarse las manos? Esta medida ya no es negociable. Tiene que cumplirse tanto dentro como fuera de nuestros hogares.
Aunque creamos que la casa está limpia o que hace doce días que no tenemos contacto con el exterior sigue habiendo riesgos. No podemos olvidar que este virus tarda en manifestarse y que sin un test que dé negativo para quedarnos de verdad tranquilos, todos tenemos que tener en mente que podemos contagiar a los demás porque no sabemos si somos huéspedes del COVID-19. Ese pensamiento ya es una buena medida de prevención y la otra es la que nos llevan diciendo del principio y que no podemos dejar de hacer, aunque ahora estemos encerrados.
Lavarnos las manos lo máximo posible o, por lo menos, en algunos momentos imprescindibles. Tanto es así que el propio Ministerio de Sanidad, preocupado, porque ahora descuidemos este punto de la higiene lo ha querido recordar con un vídeo desde su cuenta de Twitter.
No se nos puede olvidar. Tiene que seguir grabado a fuego en nuestra mente. Lavarse las manos con regularidad es una garantía para que el virus no llegue a nosotros. Y si ahora nuestra vida se ha vuelto menos emocionante y algo más monótona, los viajes al lavabo tienen que mantener el mismo ritmo y, sobre todo, después de ciertos momentos claves:
Antes de comer
Puede parecer muy obvio porque cuando estamos fuera lo hacemos casi sin pensar, pero estando en casa tendemos a descuidar un poco más esta medida de higiene. "Total, si no me he levantado del sofá", sería la excusa, pero no podemos justificarnos con eso. Antes de comer tenemos que lavarnos las manos con conciencia, lo mismo que si hubiésemos salido a la calle.
Antes y después de usar el baño
Otra de las veces indispensables que nuestras manos tienen que estar en remojo y con bien de jabón son en cada una de las visitas que hacemos al baño. Pasar por la puerta de este cuarto, nos tiene que llevar de primera parada obligatoria al lavado por detrás de otras urgencias. Y, antes de salir repetir el mismo ritual.
Después de toser o estornudar
Aquí viene la medida de higiene que más se nos puede pasar al estar confinados. No solo porque no es tan metódica como las otras, sino porque en ella actúa más el inconsciente. Por eso tenemos que poner especial cuidado. Cada vez que tosemos o estornudamos (además de taparnos con el codo como nos han enseñado) hay que lavarse las manos. Ya sabemos que a veces esto se hace más cuesta arriba porque entre alergias y ciertos brotes de tos, no estamos pendientes del siguiente paso. Bajamos la guardia, pero tras ello también es obligatorio lavarse las manos.
Cuando se sube de tirar la basura
Este sería un ejemplo que podría aplicarse a cualquier salida que se haga al exterior por poco tiempo que sea. Pasar de nuestra puerta a la calle, implica riesgos y el traernos el virus a casa. Por lo que además de extremar el resto de precauciones de no tocarse la cara, echar la ropa a lavar y desinfectar el calzado, antes de todos esos pasos , tendremos que lavarnos las manos. Así romperemos la cadena de contagio.
Después de colocar la compra
Otra circunstancia que nos obliga a tener bien de jabón y desinfectante a mano es después de hacer una acción tan simple como colocar la compra que hemos traído del súper. La precaución pasa por tener medidas de higiene estrictas cada vez que tenemos contacto con el exterior, aunque sea unas bolsas o tras colocar unos cartones de leche.
Y, no menos importante...
Justo antes de salir nosotros a la calle. Esta indicación es por si nosotros somos los que estamos contagiados sin notar ningún síntoma y vamos a entrar en un sitio donde habrá más gente. Empezar a preocuparse por uno mismo y siendo estricto con la higiene de manos, estamos mirando por el bienestar del vecino y eso es algo que no se nos puede olvidar, aunque estemos confinados.